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Hace unos días leía una entrevista en la que Javier Marías afirmaba que John Banville poseía la mejor narrativa anglosajona de la actualidad. Entre las muchas obras de este autor irlandés, decidí hacer con El mar, una novela publicada en España en 2006 por la editorial Anagrama y que recibió el premio Booker Prize como mejor novela de lengua inglesa.

En ‘El mar’ nos encontramos con un protagonista, Max Morden, que ejerce a su vez de narrador de su propia historia, su reciente viudez le sume en un aletargado estado nostálgico que le lleva a buscar refugio en un pueblo de la costa irlandesa donde pasó los veranos de su infancia y donde a llegó a conocer los primeros coqueteos del amor: “El pasado supone para mí un refugio, allí voy de buena gana, me froto las manos y me sacudo el frío presente y el frío futuro”.

La novela va transcurriendo en dos tiempos, ese presente doloroso marcado por la muerte de su esposa y una relación complicada con su hija en la que ambos miembros parecen desmembrados del tronco principal tras la pérdida del núcleo materno, y el pasado que es a la vez refugio en el que Max relata aquellos veranos de convivencia con la familia Grace y sus dos hijos gemelos, todos ellos personajes llenos de peculiaridades.

La rememoración de lo vivido convierte el libro de Banville casi en un puro poemario, con un ritmo sintáctico en la frase cuya cadencia nos sumerge aún más en la nostalgia, la melancolía o el desasimiento expresado por el narrador protagonista.

Lo que más me llama la atención de ‘El mar’, una vez más, es la puesta en marcha de una literatura que busca respuestas, una forma de comprender e interpretar su propia vida. La búsqueda del pasado como refugio, no como la vuelta al tiempo en el que se pudo ser feliz, sino a ese periodo, la adolescencia, en el que la vida comienza a aperturar los sentidos a las sensaciones de la vida adulta: los primeros besos, el deseo, el primer amor o la llegada de los primeros ecos de la muerte. Volver a la infancia como quien busca reconciliarse consigo mismo o con la propia vida, esta historia de fracasos en la que uno siempre pierde mucho más de lo que gana.

Lean a Banville, no es simplemente el poseedor de la mejor prosa anglosajona, sino un auténtico alimento para el alma.

Nace en Cádiz en 1981 y estudia Filología Hispánica entre la UCA y la UNED. Actualmente dirige los talleres de Escritura Creativa de El fontanero del Mar Ediciones. Organizador del festival poético...