cartel-cacas-perro

¡Cuidado! Andar por las calles de Los Granados puede ser un infierno si no andas atento a tus pies, pues o estamos invadidos por perros salvajes o nos invade una manada de dueños incívicos que acostumbran a llevar bolsitas de plástico.

Aunque el asfaltado de acerados como el de Doctor Delgado Roig ha supuesto una dignificación del barrio, parece que reconvertir sus intransitables zonas de albero a cemento no sirve para aquellos que aún entiende que la calle es suya. Solo suya y para su perro, pero para nadie más.

Tras la vuelta al barrio 16 años después, aunque diferente, veo que sigue estando igual. Y 16 años es difícil que viva un perro, así que el problema debe ser estrictamente la esperanza de vida de los dueños. De dueños que no deben saber leer los carteles que difícilmente pasan inadvertidos por calles como Ben-Sahl de Sevilla o José Laguillo, donde nos recuerdan una y otra vez el artículo 27 sobre animales en la vía pública de la Ordenanza de Limpieza, por el que se establecen multan de 120 euros para aquellos energúmenos que no se dignen a recoger los excrementos de sus animalitos.

Pero el analfabetismo cívico de estos convecinos no entiende de carteles, amenazas ni sanciones. Entiende de sacar a su perrito, muchas veces ni amarrado, y a disfrutar del paseo entre las mierdas propias y las de ajenos.

Normal que muchas de estas calles hayan estado muchos años muertas, sin apenas actividad comercial. Porque aunque ahora tienen más vida, el paisaje que contemplamos antes de tomarnos un café en la AAVV Los Granados o al ir a comprar a las tiendas de ropa que hay en la zona se hace una tarea desagradable donde las haya.

Por favor, convecinos, ya que Lipasam insiste tanto en que la calle es como nuestra casa, por favor, hagan lo mismo que hacen en las calles pero en su hogar, y disfruten ustedes solos de sus propias mierdas.

Gracias.

www.SevillaActualidad.com