Yo, que besaría uno por uno los adoquines de Sevilla, nunca he sido recelosa a la hora de admitir que mi amada ciudad superaba la ratio nacional y probablemente internacional en número de catetos por metro cuadrado, pero en vista de lo acontecido últimamente  me congratula decir que han podido quitarnos este record; aunque tal vez sea algo más relacionado con gobernantes que con ciudadanos en sí.

Nietzsche dijo una vez: «La potencia  intelectual de un hombre se mide por la  dosis de humor que es capaz de utilizar».  Si aplicáramos el criterio del filósofo la potencia de algunos iba a salir cortita de verdad; porque si hay algo más triste que esta situación de crisis multinivel que el país atraviesa es que encima ni nos podamos reír.

Como muchísima gente, he visto la obra de teatro ‘Estrella Sublime’;  de hecho, muy a mi pesar, la vi solo hace unos meses cuando llevaba años interesada en hacerlo, pero para estas cosas nunca es tarde y por suerte, dada la magnífica acogida que había tenido año tras año, aún se representaba en Sevilla capital.

Incontables los amigos, en su mayoría cofrades todos, que también disfrutaron de ella. Nunca nadie me comentó que se escandalizara, se ofendiera o algo así. Básicamente todo el mundo pasó un buen rato, probablemente porque pocos espectadores, por cofrades que sean, han tenido el nivel de hipocresía tan alto como para rasgarse las vestiduras con el tema… Ya saben lo que dijo Jesús, «quien esté libre de pecado…» y  quien nunca haya bromeado con algún tema cofrade…

Lo peor de que hayan censurado la obra, y digo censurado porque es lo que han hecho por más eufemismos que quieran usar, es que la gente se deja. Están prohibiendo acceder a una creación artística y lo mismo da… Están retirando una comedia teatral en base a unos criterios demagógicos y no pasa nada.

En caso de que hiriese la sensibilidad de alguien, que podría suceder, le recomendaría que hiciera lo mismo que yo cuando la exposición aquella de los cadáveres, no ir. Te ahorras el daño a tu sensibilidad y un dinero también, pero en ningún caso me afectó  que otros fueran y menos aún que disfrutaran,  mi propio hermano salió encantado contando cuanto le había gustado aquello.  La cuestión es respetar, tolerar y no cogérsela con papel de fumar y de paso incordiar al personal a la vez que se le da otra puñaladita a la cultura, como si llevara pocas…

Cuando se ataca de esta forma a una manifestación cultural todos perdemos un poco, porque la sociedad pierde bastante. Pero el nivelito es el que tenemos y lo peor es que me da pena toda esta historia porque mucha gente se ha visto privada de pasar un gran rato por una serie de prejuicios que no llevan a ningún lado y estorban bastante.

Si tienen la oportunidad de ver la obra porque aún no lo han hecho háganme caso, no se la pierdan, ya se la ha perdido demasiada gente.

www.SevillaActualidad.com

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...