Viendo que Urdangarín tenía pasaporte y que Bárcenas ha gozado de él hasta hace bien poco ¿por qué yo consentía tener el mío caducado desde hace largo tiempo? La posibilidad de poder hacer un viaje inesperado que requiriese el librito de marras me motivaba a gastarme los 25,50 eurazos que vale el trámite.

Es complicadísimo tener una foto sin retoques en la que te veas bien, no quiero imaginarme como se siente Rajoy, aunque tal vez por eso el presidente no lee prensa… La cosa es que hace unos años conseguí una foto de carné en que no salgo demasiado mal, y lo más difícil, no parezco otra persona. Cuando conseguí esto me hice dos versiones, una seria y otra sonriente, para tenerlas para distintas ocasiones, y como andaba contenta con el resultado se imprimió una gran tirada de cada versión, de modo y manera que he tenido fotos suficientes para curriculums, solicitudes, fichas, carnés, etc.

Así que con mi foto fabulosa me dirigí a la comisaría, previo mes de espera con cita previa, y cuando finalmente me tocó el turno saqué todo lo necesario, fotillo incluida; “Esta foto no vale” ¡Zas! Fue como un mazazo… Yo no daba crédito ¿mi genial foto no valía? “No estás del todo de frente” dijo la simpatiquísima funcionaria que me había tocado en suerte. Yo iba a argumentar que al policía que me renovó el DNI con esa misma foto no le pareció mal, pero sin darme tiempo la buena señora desmontó esa baza: “Además, no es reciente, esta foto tiene tres años” El retratito no tenía fecha, es que estaba mirando mi carné… En un intento desesperado mi madre me apuró a que buscara y rebuscara en mi cartera otra foto mía… El culmen de lo absurdo fue que le dí la otra versión de la foto y claro, al verme con la misma pinta, la misma ropa y simplemente otro gesto me dijo: “Esta es igual de antigua” por no decirme “Deja de vacilarme”.

Apelé a la lógica diciendo que aunque tenía unos años yo no había cambiado, tenía incluso el mismo corte de pelo… Nada sirvió para esa despiadada mujer que me mandó a hacerme una foto nueva. ¿No podía ayudarme? ¿Hacerme una con su webcam? ¿Hacerme una con la cámara de las fichas policiales? Me hubiera vuelto a identificar con Bárcenas con ese asunto… Maldiciendo mi mala suerte apareció en la calle un fotomatón, uno aislado, solitario, surrealmente allí plantado por alguna empresa con el suficiente ojo para ver que con un personal así aquello era un negocio.

Lo peor es que no iba preparada para una foto de este tipo, cualquier mujer que se ponga en mi situación lo entenderá, y tampoco tenía en el bolso unas pinturitas de urgencias para estos casos… Me pregunté que ocurriría con mujeres como Isabel Preysler, es decir, si su fotógrafo de cabecera le hace una foto estupenda y retocada ¿luego no se encuentran con una funcionaria como la mía que le dice en su cara que necesita algo reciente y reconocible?

Me hice la foto y no puede pedírsele más a lo que salió, entre la tintada y que he tomado el sol un poquito ahora tengo un pasaporte con el que seguro tengo problemas para entrar en muchos países de occidente ya que parezco muy dispuesta a darlo todo por Alá… Pero a eso no le puso pegas la estricta señora, a la que casi le grito: “Podía haber tenido un pasaporte con una foto decente pero toma lo que me ha dado el fotomatón ese ¡estarás contenta!”

Así que nada, ya estoy más cerca de una inminente deportación, una intenta no parecer muy culpable en este loco mundo y es la propia Administración Pública la que te arroja a las listas de sospechosos; si tengo algún problema en alguna frontera espero poder mostrar esta columna como prueba.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...