Cada semana parece que va a ser la peor y que nada podrá superarla y entonces ¡tachán! Ocurre algo, o varias cosas a la vez, que te hacen pensar: ¡Ah! pues mira, podía superarse.

Sabíamos que subiría el IVA, sí, pero entre el verano, el calor, esos interesantes reportajes de nuestros informativos sobre las chicas con shorts o el clásico termómetro sevillano con cifra de infarto, pues como que se nos estaba quedando el tema un poco en el aire. Algo del tipo “cuando llegue la subida, va a ser tremendo”.

Llegó la subida y aquí estamos, empezando septiembre con todo más caro. ¿Y para qué? Pues sería de lo más interesante que alguien nos explicara en qué se invertirá esta brutal subida, porque desde luego no será la Sanidad la que se beneficie.

El hecho de pensar que un ser humano, me da igual su nacionalidad o situación legal en España, se puede quedar sin atención médica, es que me revuelve las tripas y casi me salta las lágrimas. Menos mal que en muchos casos los profesionales de la medicina atenderán a estas personas.

Como los recortes sanitarios no eran suficientes, como no habían ninguneado suficientemente a los trabajadores de esta rama, ahora se pone en marcha esta medida que a la larga saldrá más cara, pues la no atención a este colectivo, sobre todo en el ámbito de la prevención, nos garantiza una curiosa expansión de enfermedades, porque los virus no entienden de papeles. Ojalá alguna de estas alcance a algún político lumbreras de los que han pensado que lo ideal en estos tiempos era recortar derechos básicos a inmigrantes no regularizados, que por cierto, pagan el IVA en todo lo que compran como usted y como yo.

También otra cabeza pensante de esas que serían para diseccionar y exponer en un museo llegó a la conclusión de que no debía prohibirse eso de edificar en suelo quemado por un incendio. Eso es ser listo y lo demás son tonterías, porque digo yo que con este precedente, nadie piensa que esta extraña plaga de incendios sea casual. Y otra vez los funcionarios, en este caso los bomberos, son los que tienen que arrimar el hombro, dejar a un lado todo lo que los están perjudicando y trabajar por el bien de una sociedad que no se merece los gobernantes que tiene, aunque ya saben que en cierto modo creo que esto no lo hemos buscado por permitir desde hace muchos años que tanto inepto se pegue al sillón como una garrapata.

Pero ya el arranque del lunes pasado anunciaba lo que refleja el título de la columna. Los nuevos datos sobre el caso de los tristemente famosos niños de Córdoba no sólo nos mostraban un desenlace terrible para este caso, es que para colmo la carroña televisiva vio algo sobre lo que caer encima con todo su peso.

En lo personal, no debería quejarme, pues encaro una semana de retiro vacacional a orillas del Atlántico, donde el Guadalquivir se deja morir. Pero como empezaba afirmando, cada semana resulta ser peor que la anterior. La que hemos dejado atrás ha sido tan tremenda que no quiero imaginarme qué se nos viene encima ahora.

www.SevillaActualidad.com

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...