El título este año parece premonitorio y lo mismo, hasta se cumple. Rajoy tiene claro que no se saltará la cifra de déficit. Y no está dispuesto a arriesgar lo más mínimo, ni en Eurovisión.
El título, desde luego, parece premonitorio. Y no porque España actúe en la final de Eurovisión –donde tiene plaza garantizada junto a otros cuatro países- sino porque lo insulso de la música que este año representa a TVE en el concurso europeo de la canción es una garantía de éxito para Rajoy.
No están los tiempos para dispendios, y menos, para grandes actos televisivos. Y ante la mínima duda de que España pueda ganar algo, y tengamos que acabar incumpliendo la cifra de déficit, por tener que organizar el concurso el próximo año… mejor vamos sobre seguro: quedemos los últimos y santas pascuas.
Este año tenemos todas las papeletas para liderar, por debajo, la clasificación de Eurovisión. Así lo dicen las casas de apuestas. Y también los periodistas eurovisivos. Lo dicho: hasta el final.
Roguemos a la oposición. Rozando lo cómico acabó el Pleno de esta semana en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra. Allí, el grupo socialista (que mantiene de momento la mayoría absoluta) acaparó la mitad de los ruegos. Curiosamente, a la oposición. Un claro ejemplo de cómo usar un instrumento, a priori, de control sobre el gobierno, para desviar la atención a la oposición.
Claro está, público y concejales no pudieron evitar sonreír –cuando no reír a carcajada- por semejante escena. Y La situación fue tal, que el propio alcalde, Antonio Gutiérrez Limones, desde la Presidencia del Pleno, tuvo que interrumpir a sus propios concejales para recordarles que los ruegos, se hacían al alcalde y no a la oposición. Faltó Manolo, el del bombo.
Discusiones transparentes. Y hablando de democracia y transparencia, los socialistas Jerónimo Guerrero –alcalde de El Coronil- y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis –quien fuera mano derecha de Monteseirín al frente del Ayuntamiento de Sevilla- acabaron enzarzados en una amistosa, a la par que tensa, discusión tuitera, sobre quien era más coherente con sus ideas. Hablaban de democracia y transparencia, pero al final, lo más transparente fue el desacuerdo. No sé cómo acabarían, pero parece que ninguno se llevó el gato al agua.