El invierno es una época del año en el que las actividades en exteriores caen a mínimos. Sin embargo, cuando se tiene una piscina, eso no quiere decir que en invierno no se tenga que cuidar. Por el contrario, es cuando mejor mantenimiento se le debe realizar.

Las piscinas son construcciones que ante las lluvias constantes, la acumulación de nieve de las épocas más frías o las brisas fuertes pueden llegar a tener problemas de suciedad, de acumulación de ramas, hojas secas, insectos, así como también poder agrietarse, perder el color o acumular bacterias en el fondo.

Es preciso tener a la mano el contacto de profesionales de la construcción y el mantenimiento de piscinas. Precisamente, Piscinas Julypool, empresa radicada en Sevilla, es un buen ejemplo de esta clase de servicios, que para prepararse para el invierno puede ser lo mejor.

Sin embargo, por cuenta propia hay muchas cosas que pueden hacerse para que la piscina sobre lleve la época fría sin mayores sobresaltos.

Hacer una limpieza profunda antes del invierno

Los dueños de la piscina sabrán el momento exacto en el que ya deciden clausurar la temporada de uso de piscina y afrontar el invierno haciendo otras actividades. Hay quien tiene climatización o hasta un recinto techado, y pueden permitirse usarla también en invierno. Pero no es lo usual.

Lo usual es que en invierno no se use. Y para cuando llegue el invierno, ya la piscina debe tener realizado un mantenimiento profundo. Eso implica compuertas, rejillas, filtros, el fondo, las paredes de la misma, utilizando siempre los productos adecuados, de manera que en términos de higiene y estética esté al 100%. Eso permitirá que la limpieza a realizar después del invierno sea muy superficial.

Tener el pH y la cloración a punto

El invierno se caracteriza por ser una época que, entrando en la misma, crea condiciones para que proliferen las bacterias, algas y demás microorganismos. Dependiendo de las temperaturas promedio de la época invernal, en algunos casos las condiciones no se van a crear tan fácilmente.

Pero, de igual manera, conviene tener en límites saludables todo lo relacionado con el pH y la cloración del agua de la piscina.

Por lo general, el nivel de pH debería estar entre 7.2 y 7.5 puntos, mientras que para el nivel de cloración, con una pastilla de cloro utilizando un dosificador flotante bastará para todo el invierno.

Cubrir la piscina

Lo más fácil para evitar que caigan hojas, insectos, suciedad exterior, y para que las condiciones externas en general no deterioren partes de la piscina.

La forma más fácil es con lonas. Aparte, es la más barata y la más fácil de instalar. Sin embargo, hay cobertores mucho más profesionales, más durables, y que se recomiendan para los inviernos más duros. Lo ideal es que, independientemente de cuál forma de cubrir la piscina se elija, se cubra al menos con algo para evitar males mayores y mantener el agua limpia.

Cuidar los skimmers

El separador superficial de la piscina, por estar conectado a un sistema de drenaje, puede ser susceptible a deterioros o a congelamiento durante el invierno.

Por tal razón, lo que siempre se recomienda es nunca llenar la piscina por encima del nivel de los skimmers, sino que por el contrario se tomen al menos unos 5 o 10 cm por debajo del nivel de los mismos. De esa manera, incluso cuando el congelamiento pueda llegar a ser posible, nunca se van a deteriorar los skimmers ni mucho menos los sistemas de drenaje al completo.

Revisar periódicamente la piscina

Por último, pero no menos importante, es necesario hacer revisiones periódicas, al menos una vez por semana, para asegurarse de que los tratamientos y cuidados de la piscina están funcionando para sortear los embates del invierno.

En muchas ocasiones no será necesario hacer algo más. En otras tantas, esta revisión permite quitar suciedad superficial, cuidar que el pH y el nivel de cloro sea el adecuado, y por supuesto, ahorrar dinero evitando males mayores.