Pedro Sánchez durante el discurso de investidura - Congreso de los Diputados

El Pleno del Congreso de los Diputados se ha reunido esta mañana para celebrar la sesión de investidura en la que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha solicitado la confianza a la Cámara Baja para poder ser investido Presidente del Gobierno. Sin embargo, para ello, deberá conseguir mayoría absoluta (176 escaños), una vez concluya mañana el debate con los grupos parlamentarios.

El candidato a la presidencia del Gobierno ha comenzado su discurso de investidura trasladando su respeto y reconocimiento a los «miles de ciudadanos que se han expresado pacífica, libre y legítimamente en las protestas convocadas tanto por el Partido Popular, como por Vox», pues, según ha dicho Sánchez, «han ejercido un derecho constitucional de participación política que emana de nuestra Constitución».

Seguidamente, Pedro Sánchez ha apuntado que, en estas dos jornadas que dura el debate de investidura, «vamos a escuchar y a acatar la voluntad del pueblo español expresada a través de sus representantes», los cuales fueron elegidos, según ha subrayado «en unas elecciones constitucionales, convocadas y celebradas de forma impecablemente constitucional y al amparo de las reglas que fija la Constitución española».

España es «un socio fiable ante los desafíos de la humanidad»

Por otro lado, ha destacado que «sólo hay democracia dentro de la Constitución» y que «fuera de ella no hay, sino imposición y caprichos». Lo ha hecho antes de solicitar «el cese del fuego de Israel sobre Gaza» y antes de mostrar su «repulsa ante el atentado terrorista que este país sufrió. Cuyos autores -ha indicado el secretario general del PSOE- deben comparecer ante la justicia y rendir cuentas».

En esta misma línea, el candidato ha exigido «la inmediata liberación de los rehenes que todavía continúan presos por parte de Hamás». No obstante, ha rechazado «la matanza indiscriminada de palestinos en Gaza y Cisjordania» con «idéntica claridad». Para terminar, antes de recordar que «debemos seguir apoyando a Ucrania», el socialista ha comprometido a su futuro Gobierno a «trabajar en España y Europa para reconocer al Estado palestino».

En otro orden de cosas, Sánchez, en referencia al Estado de bienestar y a la «red de protección social», ha advertido que «si estas situaciones de estrés e incertidumbre no reciben una respuesta positiva por parte de la democracia, este sentimiento de inseguridad y desconcierto puede extenderse y alimentar expresiones políticas reaccionarias que acaben por minar las bases de nuestra democracia. (…) Si la democracia no proporciona seguridad, la inseguridad acabará con la democracia», ha concluido.

«Nos corresponde optar por el avance o el retroceso»

En momentos de cambio intenso, «se libra una intensa contienda ideológica y política entre una opción reaccionaria y una progresista», ha anotado el candidato a la Moncloa. «La opción reaccionaria, y en consecuencia involucionista -ha continuado-, promete un ilusorio regreso a un glorioso pasado mitificado y falso».

En contraposición a lo anterior, el líder de Ferraz, ha presentado «una opción que apuesta por el avance, por la consolidación y por la extensión y mejora de las grandes conquistas sociales». Una opción que, según ha señalado, «brinda la seguridad de la solidaridad organizada como respuesta a los temores individuales»

«Nos corresponde optar por el avance o por el retroceso», ha argüido, al tiempo que ha alertado del auge de los regímenes autocráticos y de ese «cuarto de la población mundial que piensa que, en tiempos frenéticos y complejos, es mejor dejar el Gobierno en manos de líderes autoritarios que decidan solos sin responder a los parlamentos, a las elecciones o a los medios de comunicación».

En la dicotomía presentada por el secretario general del PSOE, él mismo, ha insistido una y otra vez en la necesidad de elegir «si queremos seguir avanzando en la dignidad del trabajo, en el empoderamiento de las mujeres, en el respeto a la diversidad sexual y en la integración de la población migrante» o si, por el contrario «secundamos a los profetas del odio que quieren encerrar a las mujeres en la cocina, a las personas LGTBI en los armarios y a los migrantes en campos de refugiados».

El líder de la formación socialista ha aseverado que «la humanidad se enfrenta a un dilema existencial» y que aquellas decisiones se tomen hoy, condicionarán el mundo que legaremos a nuestros hijos. Frente a unas «derechas retrogradas que quieren desmantelar los avances logrados en las últimas décadas y que rezuman clasismo» el candidato a la presidencia del Gobierno ha destacado a unas «fuerzas progresistas, que están dispuestas a no dar un paso atrás, y que conocen los problemas a los que nos enfrentamos».

Las «derechas retrogradas», ha señalado, siguen «dogmas económicos trasnochados, ignoran a los expertos, cuestionan las aportaciones de la ciencia y son tan incapaces de gestionar lo púbico y de resolver problemas, como capaces son de instigar el odio y la rabia social». Sólo muestran destreza, ha admitido, «en aprovechar los miedos y las frustraciones legítimas de parte de la población para ganar el poder».

Partido Popular y Vox

Sánchez ha hecho un análisis y ha asegurado desde la tribuna que «los partidos de ultraderecha, en la última década, han duplicado sus votos en Europa» y si han entrado en gobiernos estatales, regionales y locales ha sido «gracias a una derecha tradicional, que les ha bendecido como compañeros de viaje».

Durante muchos años, ha recordado, «los españoles nos hemos librado de este flagelo», por lo que, según ha expuesto, «muchos analistas internacionales alababan ala sociedad española, que mantenía a la ultraderecha fuera de sus instituciones y de los gobiernos». Sin embargo, y haciendo clara referencia a la formación de Santiago Abascal, «esto cambio hace cuatro años, cuando la ultraderecha irrumpió en este parlamento, aunque no con el suficiente apoyo como para alcanzar los resortes efectivos de poder».

El «cambio radical» de lo que ha denominado como «derecha tradicional» se consumó, según ha compartido en la Cámara Baja, en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, celebradas el 28 de mayo. Aquel día, ha remarcado el candidato socialista, «la derecha tradicional, el Partido Popular, tuvo que elegir si ser una derecha responsable que comprende la necesidad de frenar el avance de la ultraderecha o una derecha irresponsable que blanquea y legitima, para llegar al poder, a la ultraderecha».

Mirando a Núñez Feijóo, el máximo representante del Grupo Popular, Pedro Sánchez le ha recriminado que se adentrara «en el camino de perdición, uniendo su destino al de la ultraderecha y cortando el frágil cordón sanitario que, pese a todo, había mantenido antecesor, el señor Casado».

«El PP decidió permitir que la ultraderecha pudiera afectar la vida de más de 12 millones de españoles y españolas», ha declarado, para a continuación proseguir con las acusaciones a los populares por brindar a Vox «la plataforma para propagar su mensaje de odio».