Alberto es un niño de Salamanca que lo único que quiere para Reyes es conseguir un trasplante de médula. Una imagen vale más que mil palabras, y Alberto vive desde noviembre «atado» a una serie de máquinas que le ayudan en su tratamiento.

Todo empezó el pasado mes de junio, cuando el pequeño empezó a encontrarse mal y sus padres lo llevaron al hospital de urgencias pensando que las molestias se debían a una indigestión intestinal.

El diagnóstico fue más grave de lo que se esperaba, y lo que le provocaba los dolores resultó ser un linfoma de Brukkit, un tipo de linfoma no Hodgkin (un cáncer que comienza en los glóbulos blancos) de células B agresivo (de crecimiento rápido) que se presenta con mayor frecuencia en los niños y los adultos jóvenes.

Tras una momentánea recuperación, Alberto sufrió una recaída en noviembre y los médicos le detectaron metástasis en diferentes partes del cuerpo. Desde entonces, la vida del pequeño depende de encontrar un donante de médula compatible.

Cualquier persona de entre 18 y 40 años se podría convertir en un donante de médula para Alberto. El Banco de Médulas, tanto nacional como mundial, no encuentra uno compatible, por lo que la familia de Alberto y los medios se están volcando para que más personas se sumen a la causa. Un simple análisis de sangre o saliva sirve para comprobar la compatibilidad.