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El Sevilla ha conseguido hacer vibrar su estadio, una vez más, y de paso mantiene al Sánchez Pizjuán como único estadio invicto de Primera División.

Y eso que durante la primera parte del encuentro las sensaciones no podían ser peores, el poderío azulgrana deslumbró a un Sevilla demasiado cauto y con el papel de segundón asumido. Cierto es que el Barcelona pisó el suelo de la Bombonera con un juego que rozaba la perfección, el monólogo culé desembocó en lo inevitable, un primer gol de Messi a los 14 minutos del inicio y un golazo de Neymar de falta directa.

La afición presente en un estadio a rebosar quedó enmudecida por la contundencia de los de Luis Enrique y, sobre todo, por la escasa capacidad de reacción del conjunto nervionense. El conjunto catalán tenía el balón y lo movían con sentido buscando a sus dos ‘cracks’ Messi y Neymar, mientras que el Sevilla se encontraba perdido y agazapado atrás. El centro del campo era territorio culé y el gol era cuestión de tiempo. Fue Messi el autor de dicho tanto que rentabilizó un gran pase de Neymar, con la zurda buscó la escuadra derecha de Sergio Rico.

No hubo reacción sevillista, tampoco le dio mucho margen el Barcelona, muy ordenado, que supo hacer leña del árbol caído. Esta vez fue Neymar el que, de falta directa, coló el balón a la escuadra del meta sevillano. A los 3 minutos pudo llegar el tercero, pero Luis Suárez, con todo a su favor, remató alto tras una pared con Neymar.

Cuando parecía que todo estaba dicho, algo pasó en el minuto 36. El Sevilla comenzó a creer, dejó a un lado la anmesia y la seguridad hizo acto de presencia en las filas blanquirrojas. Y es que herir el orgullo sevillista cuesta caro. Banega recogió un balón fuera del área y sorprendió a Bravo haciendo el 1-2 con un fuerte tiro, otorgando a su afición un hilo de esperanza antes del descanso.

Ya en la segunda mitad, el partido adquirió matices muy distintos. La supremacía barcelonista menguó y todo estaba por decirdir. Las sensaciones se antojaron muy diferentes y aunque los de Luis Enrique continuaron con su juego preciso y rápido, el Sevilla abandonaron por completo el miedo y comenzaron a incomodar a su rival. Más intensos, los pupilos de Emery también llegaban arriba. Bacca tuvo la más clara de la segunda mitad pero envió el cuero fuera tras revolverse en el área.

Y como la imortalidad no existe, el conjunto culé bajó sus prestaciones y fue mostrando las justas debilidades para que el Sevilla comenzara a confiar no sólo en el empate sino en la remontada. Fue cuando Emery decidió sacar más artillería arrojando a Mbia y Reyes en el lugar de Iborra y Vitolo. La entrada de Gameiro por Bacca propició profundidad y el lánguido Sevilla de la primera media hora del encuentro desapareció por completo.

A sólo 15 minutos del final, los locales hicieron sufrir y recular a los azulgrana, eso si, con jugadas intermitentes de Messi y Luis Suárez que generaban un auténtico peligro. Sin embargo, el fortín de Nervión hizo valer su nombre con el gol de Gameiro tras un jugadón por la derecha de Vidal.

Los cimientos del Sánchez Pizjuán vibraron como nunca, y el empate con sabor a victoria hizo que, una jornada más, el Sevilla siga imbatible en casa y ya acumula 62, igualado de momento con el Valencia y rozando el sueño de la Champions.

Licenciada en Periodismo por la US. Sus primeros pasos fueron como reportera y locutora para los informativos locales. En prensa escrita sus informaciones se han seguido en Estadio Deportivo y en ElDeporteFemenino.com....