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La segunda línea del Sevilla volvió a decir ‘presente’, reivindicándose con creces. Gameiro, por dos veces, Aspas y Denis, goleadores.

El partido de esta noche, por el resultado y la convincente imagen de la ida, se presentaba como un trámite, sensación reforzada por el aspecto de las gradas e incluso por la intensidad con la que salió el Granada. Pero el Sevilla, con un once con muchas novedades, no se lo tomó como tal, fue con todas las de la ley, sin ambages, enseñando los dientes.  Y así las sorpresas desagradables como la de la temporada pasada ante el Racing son más que improbables, imposibles.

No dieron opción los hombres de Unai, sobre todo porque una vez más futbolistas que están teniendo menos minutos en Liga dijeron presente y aprovecharon su oportunidad. Gameiro hizo dos goles, Aspas también mojó y completó un partido muy luchado, Denis se adornó y sumó otro tanto, Deulofeu por la derecha volvió a hacer lo que quiso y Coke en el mediocentro, junto a Krychowiak, abarcó protagonismo y siempre supo darle al cuero el sentido adecuado. Lo que se dice un partido perfecto.

Era una noche que invitaba a la apatía, porque con un Sánchez Pizjuán luciendo entrada discreta y la eliminatoria encarrilada, no cabía esperar demasiadas emociones. Esos ambientes tibios son los que en ocasiones desencadenan tormentas, como ocurriera la temporada pasada ante el Racing de Santander, si el favorito se deja llevar.

Pero el equipo que puso en liza esta noche Unai, con muchas caras nuevas con respecto al once de la Liga, no se contagió de la abúlica atmósfera que envolvía a la cita, entre otras cosas porque los jugadores que no están teniendo tanto protagonismo en Liga, como en la ida, volvieron a dar un paso al frente, compitiendo a un gran nivel y evidenciando un buen momento de forma. Una vez más quedó demostrado que en esta plantilla están enchufados todos los jugadores con independencia de los minutos que dispongan.  

El Sevilla salió con dos delanteros, aunque Gameiro, como cuando juega con Bacca, fue todo movilidad, escorándose mucho a las bandas. El francés hizo el primero, rebasado el primer cuarto de hora, con un remate sutil. El Granada, muy blandito, no plantaba cara y Coke en la medular tenía tiempo para pensar y distribuir con criterio. Aspas buscaba con ahínco su gol y lo encontraba antes de la media hora, con un sensacional cabezazo al bote de una falta provocada por él mismo. En la reanudación, lejos de diluirse, el Sevilla continuó fuerte, aunque perdió dominio de pelota.

Aún así, tuvo tiempo para hacer dos goles más. El tercero se lo fabricó Gameiro, que recibió fuera del área, buscó hueco y fusiló con un disparo seco y muy certero, ajustado al palo derecho de Roberto. Denis, finalizando una buena contra lanzada por Aspas y conducida por Gameiro, hizo el cuarto casi a placer. El quinto pudo caer perfectamente, pero la cosa no fue a mayores. Goleada clara y partido limpio, rodado, sin apenas oposición de un Granada que no encontró debilidad ni suspiros en el Sevilla, muy metido desde el comienzo, gracias a la voluntad y el acierto de esa segunda línea de la plantilla que como en Los Cármenes demostró que está para batallas más feroces que la de este miércoles. Los cuartos de final ante el Espanyol ya esperan.