Foto grupo Sevilla

El penúltimo paso hacia la fase de grupos de la Europa League debe ser muy firme. El Sevilla necesita imponer su jerarquía y mando ante un aspirante que no parece muy dispuesto a respetar los galones de cualquier adversario. El tropiezo no es algo que entre en el guión nervionense pero sí en el de un Slask, cuyo patrón de juego responde al victimismo que representa en la eliminatoria.

El Sevilla sabe que deberá dominar el partido, controlando la posesión en busca del huevo que le dirija hacia el gol, ya sea por dentro o por fuera merced a las numerosas variantes que posee en su plantilla. Nada raro, puesto que ésta es exactamente la idea que maneja Unai Emery para el resto de la temporada. El problema es el momento de la temporada. Los fichajes no parecen del todo engrasados como evidenció el Atlético de Madrid en el centro del campo y la defensa, zonas muy castigadas por el impacto de bajas como las de Carriço y Pareja.

Todo esto provoca que el doble pivote sevillista no sea lo sólido que debiera ser. Rakitic y Kondogbia serán pareja en la zona ancha tratando de monopolizar el duelo y reducir errores de entrega, aunque ésta labor dependerá en buena parte de la movilidad de los hombres de arriba. De la minimización de esos fallos vivirá la victoria del Sevilla, porque el Slask es perfecto precisamente en lo contrario, en la multiplicación de esos errores en el centro del campo como punto partido para originar vertiginosas contras desde el toque de Kazmierczak para la carrera de Sobota y Plaku y el remate de Paixao.

La zona más débil polaca, claro está, reside en la defensa, por lo que el Sevilla es constante en su juego, circulando la pelota pacientemente sin dar lugar a errores groseros en defensa, cosa para lo que está perfectamente capacitado, lo más normal es que la victoria acabe cayendo de su lado e incluso pueda conseguir un resultado propicio para no sufrir demasiado en Wroclaw, donde los 42.771 espectadores del Miejski Stadion harán lo posible por arruinar el pase a la fase de grupos, que con tantos pasos, administrativos y deportivos, el Sevilla está a sólo dos pasos de alcanzar.