El empate no permite seguir soñando con Europa/Sevilla FC

El Sevilla, sin hacer su mejor fútbol, dominó el encuentro y creó sobradas ocasiones para ganar a un Levante muy bien plantado en el campo, pero los méritos no se tradujeron en goles e incluso Negredo erró un penalti en el tramo final.

El Sevilla probó el sabor más amargo del fútbol este sábado ante un Levante que demostró con creces por qué es el quinto clasificado de la Liga. El equipo nervionense se entregó por completo, lo hizo todo para ganar, se adelantó e incluso dispuso de un penalti en el minuto 41 con el marcador igualado a uno…

Y entre medias de todo eso, un balón de Manu del Moral que se clava en la raya de gol y un amplio ramillete de ocasiones que cuando el viento sopla a favor se deben traducir en victorias, pero que en una noche aciaga desencadenan frustración e impotencia. Hubo producción, sí, pero no producto final, que en esto del fútbol es lo único que cuenta.

Después de la dolorosa derrota cosechada ante el Getafe, ante el Levante tocaba suturar la herida. Sin embargo, desde el primero momento el conjunto granota demostró que el envite no iba a ser fácil, para nada. Porque los valencianos saben muy bien a lo que juegan y por básico que sea su concepto no deja de ser efectivo: buen posicionamiento, defensa casi perfecta y salidas mortales a la contra, con afinada puntería.

Por eso el Sevilla en el comienzo del choque tomó el mando, aunque no pudo imponer su ritmo, dada la buena disposición del rival. No obstante, la insistencia en las embestidas nervionenses acabaron con gol de Negredo, tras un gran servicio de Fernando Navarro desde la izquierda. La lata estaba abierta y a partir de ahí la historia debería haber sido bien distinta, pero la reacción visitante llegó muy pronto, sólo siete minutos más tarde, después de que Koné rematara con contundencia una contra de libro y un magnífico servicio de Barkero. Era la primera ocasión de los visitantes.     

El empate heló las revoluciones de un Sevilla que de ahí al descanso no encontró bien el rumbo para percutir, aunque sí tuvo una magnífica ocasión después de que Luna se colara por la izquierda entre dos rivales y cediera atrás para que Manu, en gran situación, enviara a las nubes.

Esa falta de precisión fue, sin duda y por desgracia, la tónica común de toda la noche, además de las lesiones de Escudé, que se marchó roto, sustituido por Deivid, antes del intermedio, y la más tardía de Cala… Pero antes de todo eso, en el 38, Koné de nuevo puso el corazón en un puño a la parroquia local, mandando alto un remate franco insalvable para Varas, demostrando el equipo visitante que su repliegue no era en ningún caso una renuncia al gol.

En la reanudación el Sevilla continuó asumiendo el dominio. Lo mejor es que no desesperó, por más que el buen posicionamiento del Levante invitara ello. De una buena jugada trenzada, con Trochowski, que cuajó un partido magnífico, combinando con Navas y éste habilitando a Manu, llegó la mejor oportunidad de los locales. La trepidante acción acabó con un remate de Manu que, tras superar a Munúa, se quedó parado en la raya de gol sin sobrepasarla.

El atrevimiento local no tenía premio y con el paso de los minutos generó un intercambio de golpes en el que Koné tuvo una clarísima ocasión que desbarató Varas con una enorme parada.

El encuentro se fue partiendo poco a poco y ciertamente en tramo final pudo pasar cualquier cosa, cediendo terreno el criterio y la paciencia al corazón y un fútbol más impulsivo e impreciso. El choque degeneró en un quiero y no puedo, pero justamente cuando parecía que por más que se volcase el Sevilla no obtendría premio, un inocente agarrón a Manu del Moral acabó en penalti.

Quedaban cinco minutos y Negredo tenía a 11 metros la posibilidad del triunfo y sobre todo la de imponer justicia a una noche de fútbol en la que el Sevilla a los puntos merecía claramente imponerse. Pero Negredo falló, o más bien acertó Munúa, y el triunfo entonces se antojó más que lejano, imposible, porque reinó sin discusión la sensación de que por más empeño que se pusiese la gloria de la victoria estaba vedada para un Sevilla que se vació y mereció un premio mayor.

Crónica facilitada por el Sevilla FC.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...