Dídac

Se esperaba bastantes cambios en la alineación del Betis ante el Olympique de Lyon, pero no una revolución de la magnitud que planteó Mel, con diez cambios respecto al once del Valencia.

Pese a que al equipo le resultó más difícil llegar a posiciones delanteras que en otras ocasiones, el equipo no se descosió en ningún momento, y los franceses nunca fueron una amenaza demasiada seria para la portería de Andersen.

Los laterales, Dídac y Steinhöfer no sufrieron en demasía, aunque se evidenció cierta falta de ritmo, sobre todo en el caso del catalán. Por su parte, hasta la lesión Perquis se mostró contundente en los cruces, mientras que Jordi Figueras demostró virtudes en la salida de balón.

En el mediocampo, el trabajo de Lolo Reyes fue una garantía para la batalla con el Lyon, por lo que su adaptación parece un hecho. Curiosamente, fueron los jugadores más habituales, quienes demostraron menor nivel sobre el maltrecho césped del Villamarín. Verdú acusó la recién recuperada lesión y su juego careció de la continuidad suficiente para llevar la manija de los suyos. Asimismo, las imprecisiones fueron una constante en el juego de Cedrick y Vadillo estuvo bastante desparecido hasta la sustitución.

Quienes, sin embargo, evidenciaron más dudas fueron Andersen y Chuli. El guardameta danés no transmitió seguridad aérea y fue incapaz de blocar varios balones sin excesivo peligro. Mientras, al delantero onubense se le vio bastante perdido, acusando la falta de entendimiento con sus compañeros, aunque en la segunda parte obsequió al Villamarín con algunas de sus virtudes como la constante movilidad y el ‘dribling’.

Sobre todo lo comentado, lo más positivo para el conjunto verdiblanco es la demostrada capacidad de los suplentes para competir ante rivales de entidad. Visto lo visto sobre el campo, la sorprendente alineación constituyó un acierto de Pepe Mel, el responsable de que todos los jugadores se sientan partícipes desde el principio en una temporada cargada de partidos.

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