Como si hubieran calcado cada parte. Así ha sido el partido de esta noche. Simplemente el Real Betis tiene ganas de demostrar lo que vale desde el primer instante.
En menos de 15 minutos ya tenía el marcador a su favor con dos tantos que hacían justicia al gran arranque de partido. Roque Santa Cruz y Salva Sevilla de penalti colocaban la balanza del lado bético.
El Zaragoza no inquietaba, no aparecía y no tenía la pelota hasta que el Betis se lo consintió. El dormirse en el centro del campo unos minutos le costó el gol del conjunto maño y que hasta el final de la primera hacía daño al equipo de Mel.
Todo cambió con el cambio de Juanma en el inicio de la segunda. De nuevo el Betis era un vendaval y los maños sufrían. En la primera que tenía Juanma por su banda, mandaba un centro al área que lo interceptaba Abraham con la mano. Nuevo penalti y nuevo gol de Beñat.
No quedaba ahí la cosa. Roque se imponía en el juego aéreo y marcaba el cuarto. El Betis disfrutaba, dominaba y ponía los mejores momentos de la temporada sobre el césped del Benito Villamarín.
Pero como si se tratase de una repetición del primer acto, los de Mel sufrían mucho tras la expulsión de Casto. Vuelta al trabajo, a sacar balones y a padecer un nuevo desgaste físico. El Zaragoza se imponía en el área de Goitia y colocaba, primero, el 4-2 y, posteriomente, el 4-3. Pero el sacrificio del que tanto hablaba Mel salió a relucir y el Betis consigue tres puntos que le valen ser líderes de la Primera División. Justo premio al juego, al trabajo y al esfuerzo.