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Crítica. La película de Frears nos traslada a la apacible campiña inglesa, donde la llegada de una atractiva muchacha desencadenará todo tipo de pasiones y situaciones rocambolescas entre sus pobladores.

Jesús Benabat. Pocas formas más atractivas se nos ocurren para dar inicio a esta séptima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla que con una comedia británica de humor negro y refinado filmada por el veterano Stephen Frears, Premio de Honor Internacional de este año.
Tamara Drewe, la película que ha inaugurado el certamen aprovechando la presencia del realizador británico en la ciudad hispalense, ha supuesto un agradable entretenimiento, además de una sopresa mayúscula a tenor de la habitual densidad de las propuestas exhibidas, para los espectadores que se han acercado a primera hora de la tarde a los Cines Nervión, llenando, como es de costumbre, cada una de las salas dedicadas al Festival.
La maestría del realizador británico Stephen Frears no es ya ninguna incógnita para nadie. Desde aquella lejana The Hit (La venganza), filmada en Sevilla en el año 1984 con actores de la talla de John Hurt, Terrence Stamp o Fernando Rey (podrá verse en esta edición del Festival), hasta la muy reciente The Queen, que le valió a Helen Mirren su primer Oscar, pasando por cintas inolvidables como Mi hermosa lavandería, Las amistades peligrosas o Alta fidelidad; dan buena cuenta del talento de un cineasta que ha sabido conjugar a la perfección el crudo realismo británico con ciertas dosis de originalidad algo excéntrica.
Su nueva película, Tamara Drewe, se inscribe en una última tendencia en su carrera basada en la liviandad de sus planteamientos, como ya hiciera en Mrs. Henderson presenta o Cheri, en esta ocasión como excusa para desatar toda su socarronería algo malévola en una comedia que nos traslada a la apacible campiña inglesa. Allí, en un bonito paraje compuesto de extensos campos verdes y granjas esparcidas por sus laderas, encontramos una casa-hostal donde se dan cita algunos escritores (o aspirantes a serlo) en busca del sosiego que la ciudad les roba, sobre los que destaca el exitoso dueño de la propiedad, un autor de best-sellers un tanto embustero y muy dependiente de su abnegada esposa.
Pero la tranquilidad que todos parecen disfrutar se quebrará de pronto cuando una atractiva muchacha, Tamara Drewe, regrese a su pueblo natal y desboque sentimientos y deseos en muchos de los habitantes de la zona, con consecuencias impredecibles. La película de Frears narra una amalgama de situaciones rocambolescas protagonizadas por una multitud de personajes que se influyen mutuamente y desencadean reacciones que no hacen más que complicar el embrollo monumental en el que todos se encuentran inmersos.
El humor negro británico es siempre bienvenido, especialmente porque supone un contrapunto necesario a la comicidad un tanto exagerada de sus hermanos norteamericanos. Se suscita la risa con situaciones que bien podrían llevar al llanto o, cuando menos, a la preocupación más absoluta. Sin embargo, el público disfruta, de forma un poco cruel, de los continuos infortunios que los protagonistas sufren. Y, de hecho, ahí se encuentra la agudeza. Frears, en su nueva película, la alcanza con suma facilidad, aunque en algunas ocasiones se perciba una cierta desorientación en el desarrollo de la trama.
Por otro lado, Frears no duda en recurrir en una de las actrices más en boga de la actualidad, Gemma Arterton, vista recientemente en Prince of Persia y Furia de Titanes, así como en toda una terna de actores británicos no muy conocidos pero con una cualidad pasmosa para provocar la risa; Roger Allam como el mujeriego escritor de best sellers, Luke Evans como el agricultor paciente, Dominic Cooper como la estrella de rock o la excelente Tamsin Greig, interpretando a la esposa entregada y engañada. Mención aparte merecen las dos adolescentes con cuyo desparpajo originan todo el lío en el que deviene la historia.
Tamara Drewe es una entretenia comedia que hace pasar un buen rato, aunque su final demasiado negro y su duración excesiva reste un poco de valor al conjunto. El Festival, así pues, arranca con humor e invita a continuar disfrutando del buen cine europeo que ya inunda Sevilla.
La película volverá a proyectarse hoy a las 19 horas y mañana a las 16.30, ambos pases en los cines Nervión.