Esperanza Fernández durante el espectáculo/Luis Castilla, Bienal de Flamenco

Esperanza Fernández ha vuelto a brillar en la XVI Bienal de Flamenco con su espectáculo ‘Raíces del Alma’, una apasiónate historia donde nos explica su carrera como cantaora, a través de los cantes de flamenco, jazz, baile, palmas y muchísimo sentimiento.

José Balboa. De nuevo ha habido un aforo completo en el Teatro Lope de Vega, con la gran artista Esperanza Fernández, una magnífica gitana y sobre todo flamenca. Esta cantaora nacida en Triana, nos ha mostrado su trayectoria musical en poco más de una hora, con su espectáculo cargado de sentimientos y energía ‘Raíces del Alma’.

Esperanza Fernández no se merece un lugar mejor para cantar, ya que el Lope de Vega, corazón de la Bienal de flamenco, recuerda a la bailaroa desde su halla, con una exposición fotográfica sobre una niña que parió Sevilla y cuyo arte se ha disuelto por todo el mundo.

La cantaora trianera comenzó recordando viejos tiempos con la nana que cantó por primera vez en el mismo escenario de anoche, la famosa ‘Nana de los Luceros’ que encandiló a Mario Maya. Llena el escenario con su única presencia, vestida de blanco. Continúa su danza con unas maravillosas bulerías y soleares, las cuales han causado un fortísimo aplauso, ya que la gran voz de Esperanza llega hasta el alma de su público.

Su baile no para aquí, pues prosigue con fabulosos cates como ‘la baladilla de los tres ríos’ basada en un poema de Lorca, donde su protagonista es el rio Guadalquivir en la ciudad de Sevilla o la popular copla por bulerías ‘Manolito Reyes’, en la que Esperanza a parte de cantar ha bailado y actuado de una manera sublime. Aunque no nos podemos olvidar de la canción de jazz ‘My Fanny Valantine’, una mezcla de jazz y flamenco interpretada por primera vez en público.

El espectáculo ha terminado con el himno gitano ‘Gelem Gelem’ dedicado a todos aquellos gitanos expulsados de sus hogares por ser de una etnia minoritaria, esta canción interpretada por una gitana que se siente orgullosa de serlo ha levantado pasiones entre el público, por sus sentimientos a parte de por la impresionante y desgarradora voz de Esperanza Fernández.

La obra musical con una magnífica puesta escena con unos tonos livianos de rojo y azul como fondo y un sofá donde estaban tanto la cantaora como los dos grandes guitarristas. Sin olvidarnos de Dorantes, un pianista flamenco que hace unas interpretaciones magníficas.

Finalmente Esperanza Fernández nos ha mostrado su simparía, su arte y su alma en esta gran obra que ha defendido con creces su larga trayectoria artística, demostrándonos que el flamenco, no es solo cante, si no sentimientos, recuerdos y una vida por completo.

www.SevillaActualidad.com