El pasado viernes tuvo lugar  en el Teatro Carthima de Cártama (Málaga) el estreno del documental “Recovero: un oficio, una vida”, que profundiza en el antiguo oficio de los recoveros, sobre todo, en el entorno del Valle del Guadalhorce.

El documental se estrenó con una gran asistencia de público, que disfrutó con este trabajo audiovisual dirigido por Delia Vargas, junto a Nerea Larrinaga y Natalia Sepúlveda, bajo la producción ejecutiva de Lola Álvarez, con la colaboración de Loyola Praxis Mundi y protagonizado por José Antonio Vargas. El evento contó también con una exposición de fotografía analógica realizada durante el rodaje.

La pieza audiovisual recoge de la mano de José Antonio la historia de su oficio. Los recoveros eran personas que, desde la época de la posguerra española, se dedicaban a recabar artículos y hacer mandados de pueblo en pueblo, así como revender en el vecindario, especialmente huevos de ave y sombreros de paja. Comerciaban con paños, telas, menaje o pescado en salazón. Para muchas familias que vivían en zonas rurales aisladas era casi el único contacto con un mundo exterior que no dejaba de crecer y desarrollarse. Conociendo este oficio, se entiende como una actividad económica que fue clave durante el siglo XIX y XX para el desarrollo de las zonas rurales en Andalucía.

El documental pretende hacer justicia a las raíces y la memoria no solo de la familia Vargas, sino de muchas familias españolas y andaluzas que se han sustentado gracias al oficio de recovero. El protagonista, José Antonio Vargas, sigue ahora una tradición familiar que comenzó en los años 20 con su bisabuelo. En el documental, su hija le acompaña en la furgoneta por los pueblos y aldeas del Valle del Guadalhorce, en los que vende desde hace más de 30 años. Va entrevistando a sus clientas, familiares y vecinas.

«Se están perdiendo historias, merece la pena abrir líneas de trabajo para que las nuevas generaciones ayuden a fijar la memoria andaluza. En el caso de los recoveros, durante muchos años ayudaron a mejorar la calidad de vida de la gente. No solo vendían, sino que además contaban qué había pasado en el pueblo, eso es memoria. Nosotras queríamos poner en valor eso» declaró durante la presentación la productora, Lola Álvarez.

“Recovero: un oficio, una vida” es el primer trabajo de un equipo de creadoras emergentes que vieron en esta historia una oportunidad de ahondar en la memoria de su tierra. «Para mí grabar este documental ha sido volver a mis raíces, descubrir cosas de mi propia historia que no conocía», añadió la directora.