El Domingo de Ramos es casi una mañana de Reyes en plena primavera. Puedes ver la misma ilusión que ese día en la cara de los niños. Verás su ilusión cuando por el parque esperen a la primera en la calle, la Paz. Los caballos, los globos, los nazarenos…todo conforma una ilusión que hace materializarse el dicho de: Más feliz que un niño con zapatos nuevos; porque de hecho, muchos niños los llevarán, que ya lo dice otro dicho popular: Es Domingo de Ramos, y al que no estrena, se le cortan las manos.

Mercedes Serrato. ‘Dejad que los niños se acerquen a mí’, es otra frase que toma sentido en esta mañana. La “rampla” del Salvador, supera con creces a Puerto Perico en esta semana, que nada procura más diversión en estos días a los más pequeños. La Sagrada Entrada en Jerusalén, La Borriquita, es esa esperanza blanca de que savia nueva no falta. Aplaudirán en infantil júbilo los niños, y ella, paciente, María Santísima del Socorro, verá irse a su hijo, sabiendo que es el principio del fin, que todo esto es una premonición barroca que la ciudad ya conoce.

Un adulto no es más que un niño de mayor, como el Cirineo de San Roque, que seguro que alguna vez fue niño también en Carmen Benítez. Niña que jugaba en la plaza de Los Terceros fue la Virgen del Subterráneo, niño fue el San Juan, que situado al otro lado que el resto, consuela a María Santísima de los Dolores allá en Molviedro, mientras ella ve como se rifan su ropa.

Es un día con toque trianero, con La Estrella y su paso por el Puente, con Penas en el Altozano; alegría de palmas en el viejo arrabal, cielo azul Hiniesta por toda Sevilla, y el de los globos, que está en todas partes.  

Pero va cayendo la tarde, se va convirtiendo en noche; busca la blancura de La Paz su barrio del Porvenir, y cuándo a San Julián se le oscurezca el azul,  y Triana ansíe la vuelta de la Estrella, y se consuman el pan y el vino en Los Terceros para regalarnos una celebración perpetua, entonces todos volveremos a ser niños, y volveremos al Salvador.

Allí, sobrecogidos de la talla de Juan de Mesa dejaremos de ser nosotros, volveremos a estar de la mano o en los brazos de nuestros mayores, aquellos, que en Domingos de Ramos siempre nos susurran al oído: Mira el pelícano, se pica el pecho para darle de comer a sus crías…Y todos buscaremos ese pájaro en el paso, sabiendo que un gesto así sólo tiene un nombre, un sentido completo de cuatro letras, Amor.

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Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...