La Basílica de San Pedro del Vaticano albergará al crucificado de la Hermandad del Cachorro de Sevilla, junto con la solemne Virgen de la Esperanza de Málaga, en la procesión de clausura del jubileo mundial de las cofradías. Las imágenes se preparan para un viaje que El Cachorro realizará en coche. El evento está programado para el 17 de mayo de 2025, y la invitación de la Santa Sede fue aceptada con entusiasmo en cabildos de hermanos celebrados recientemente.
Sin embargo, la decisión dentro de la hermandad trianera no fue fácil. A pesar del amplio respaldo (80,4%) entre los hermanos que ejercieron su derecho al voto, el debate fue intenso y prolongado, extendiéndose hasta altas horas de la madrugada. En contraste, el cabildo de la Esperanza de Málaga fue unánime en su aceptación, celebrando con vítores la oportunidad de participar en un evento tan significativo.
El transporte de las imágenes hacia la Ciudad del Vaticano será por carretera, una travesía cuidadosamente planificada para garantizar la seguridad y el respeto a estas obras de arte sagradas. Aunque los detalles logísticos aún están por definirse, se espera que los titulares viajen acompañados por medidas de seguridad apropiadas, con consideraciones especiales para el tamaño de los tronos de Málaga durante el trayecto en barco desde Barcelona o Valencia.
El itinerario de la procesión magna no está cerrado, dado que lo tiene que acordar El Vaticano con la Alcaldía romana; tampoco la composición de los cortejos, aunque se contempla la idea de que formen parte unos 300 hermanos en cada uno de ellos.
Junto a la sagrada imagen de El Cachorro, que salió de la gubia del imaginero Francisco Antonio Ruiz Gijón y está considerada un punto culminante de la escultura barroca andaluza, fue designada para participar en la mencionada procesión extraordinaria la Virgen de la Esperanza de Málaga. En ambos casos, por el «significado devocional, artístico y teológico» de las tallas religiosas.
En este sentido, Cristo y Virgen fueron escogidos por la Santa Sede para que representen a todas las cofradías que existen en el mundo, «en una procesión que aunará a los cristianos cofrades como peregrinos en este Año Santo, a través de la fraternidad universal», tal como destacaba monseñor Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización y encargado de la organización y coordinación del Jubileo de 2025, en el momento de hacerse público el anuncio.