{jathumbnail off} Si el año anterior hablábamos del frenazo de las agrupaciones sevillanas de no acudir en número similar a otros años al concurso carnavalesco gaditano, en este ocurre todo lo contrario. Junto a las chirigotas de Alcosa y de Dos Hermanas, continúa la de “El Cañaílla», regresa Carmona y dos chirigotas más de la capital, «Los de la Comunidad» y «Aladino, los mahomas y una mora pelucona». Se da la circunstancia de que este año son dos las agrupaciones que pasan a las semifinales de dicho concurso gaditano.
Raúl Delgado. El Primer Premio en las distintas modalidades del concurso carnavalesco gaditano fueron para «La viudita naviera» (coro), «Soplos de vida» (comparsa), «Las momias de güete pa guá los niños» (chirigota) y «El loco de la mancha con una mancha de locos» (cuarteto).
El pregonero del Carnaval fue el actor mexicano Mario Moreno «Cantinflas» y la Srta. María del Pilar Domínguez la Diosa.
El antifaz de oro del carnaval fue concedido a Salvador Galeote Ruiz.
En el concurso gaditano participó la chirigota “Los tontos de Capirote”, de Javier Osuna y M. Ángel Fernández Monforte. Las hermandades y cofradías gaditanas presentaron un escrito dirigido a la Fundación Gaditana del Carnaval, donde expresaban su malestar por el contenido de las letras de esta agrupación.
En dicho escrito podíamos leer: “…en el que se haga constar, el profundo malestar y por consiguiente nuestra protesta, en nombre y representación de todas y cada una de las Hermandades y Cofradías de esta capital y de la Diócesis, por la actuación de una agrupación carnavalesca, en la que se trata a nuestras organizaciones, con absoluto desprecio e incluso no solo a la jerarquía eclesiástica sino a la propia iglesia católica”.
Se formo un revuelo: amenazas a diferentes componentes y autores de la agrupación, insultos desde el patio de butaca, custodia por la policía de la chirigota. Obtuvieron el tercer premio.
Por esta agrupación, Javier Osuna recibe el premio a la crítica, concedida por la unión de periodistas gaditanos, por el contenido crítico de dicho repertorio.
CHIRIGOTAS
Aladino, los Mahomas y una mora pelucona (Sevilla)
Cruz de Mayo de 1985, barriada de “La Papachina” en Sevilla. Por las calles del barrio un grupo de chavales que forman una chirigota se abre paso entre la gente cantando y haciendo sonar una lata de aceite a modo de tambor. Se hacían llamar “Los papachinos” e iban vestidos de chinos con un saco de patatas que hacía de traje y en cada saco una letra, para la cabeza un gorro triangular, el pelo recogido con una coleta y en la cara llevaban un fino y largo bigote.
Con el tiempo y con la misma chirigota, cantan en fiestas y veladas como en la barriada de Los Arcos y por la zona de Entre parques. Ya llevan un tambor que sustituyó a la lata de aceite e incluso guitarras.
Ya en verano de ese mismo año, el grupo prepara otra chirigota para la Semana Cultural de la barriada de San Jerónimo, bajo el nombre de «Aladino, los mahomas y una mora pelucona».
Surge la idea en el grupo de participar al año siguiente en el concurso carnavalesco gaditano, con la misma chirigota, el mismo nombre y el mismo tipo. Por el mes de septiembre y tras decir sí a dicha participación, se perfecciona el tipo, el cual lo hicieron los propios familiares de los componentes. Con sábanas se hacen las chilabas.
Los gorros eran de cartón forrados con papel del que se habían utilizado tiempo atrás para adornar las carrozas de los Reyes Magos del barrio. Se ponen adornos de raso en las telas, plumas en los sombreros… Preparan un repertorio integro ya que lo que cantaban en un principio eran letras de otras chirigotas.
De la letra y la música se encarga Javier Cuevas, quien ya formara parte de “Los papachinos” tocando la guitarra.
1986. Año de su participación en el concurso carnavalesco gaditano. Actuaron el 30 de Enero. Se abren las cortinas y salen seis componentes por cada lado. Con música de pitos comienza la presentación.
Tras su paso por el carnaval gaditano y ya en Sevilla, volvieron a actuar en veladas y fiestas.