El Comité, reunido durante esta semana en Nairobi, examinará 51 candidaturas de las que cuatro serán españolas.
César Caso. El Comité Intergubernamental de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, reunido desde este lunes y hasta el viernes en Nairobi (Kenya) e integrado por 24 miembros, decidirá este martes 16 de noviembre si finalmente el flamenco entra a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que cuenta ya con 166 elementos de 77 países y a la que ahora optan 47 candidaturas de 29 Estados Partes. Asimismo, el Comité examinará otros cuatro elementos que optan a la inscripción en la Lista del Patrimonio Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia.
Por este motivo, la Agencia Andaluza para el Desarrollo de Flamenco tiene previsto organizar este martes una serie de actividades que contará con la presencia de personalidades del mundo del flamenco, y que comenzará a las 10:00 horas con un desayuno informativo en el que la directora, María de los Ángeles Carrasco, informará sobre la reunión celebrada en Nairobi y la hora aproximada en que se tomará la decisión, que se conocerá a través de una conexión en directo con la ciudad africana, donde se encuentra el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata.
El flamenco, que ya optó otra vez a este reconocimiento en 2005, inició su nueva andadura en 2009 cuando la candidatura fue registrada en París en agosto de ese mismo año, y desde comienzos de 2010 se promocionó nacional e internacionalmente mediante la campaña ‘Flamenco Soy’. La candidatura cuenta con el impulso del Gobierno de España y el consenso de Murcia y Extremadura. Asimismo, más de 30.000 personas procedentes de 60 países han votado online a favor del proyecto.
No es el flamenco la única candidatura que España presenta ante el Comité de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, ya que también participan otras propuestas como los Castellets catalanes, la Sibila mallorquina y la dieta mediterránea, presentada conjuntamente con Marruecos, Grecia e Italia.
Adoptada en 2003 y ratificada por 132 Estados, esta Convención preconiza la salvaguardia de elementos tales como tradiciones y expresiones orales, las artes del espectáculo, las prácticas sociales, rituales y celebraciones festivas, los conocimientos y prácticas relacionadas con la naturaleza y el universo, y las técnicas artesanales tradicionales. Se considera que constituyen un patrimonio vivo que, transmitido de generación en generación, confiere a las comunidades y grupos que lo practican un sentimiento de identidad y continuidad que se estima esencial para el respeto de la diversidad cultural y de la creatividad humana.