El Ministerio de Vivienda rinde homenaje a 35 proyectos de arquitectos españoles de la década de los 50. La exposición muestra fotografías, planos y dibujos que reflejan la preocupación existente por la vivienda y las cuestiones sociales en los arquitectos de la época. Está abierta al público de martes a domingo y la entrada es gratuita.

Sevilla Actualidad. Hasta el 18 de abril, la Arquería de Nuevos Ministerios (Paseo de la Castellana) acoge ‘Los brillantes 50. 35 proyectos’, que homenajea 35 proyectos de arquitectos españoles de los 50, que si bien no están considerados entre los principales maestros de la arquitectura, mostraron brillantez en sus obras y una serie de rasgos comunes que permiten perfilar un retrato de la arquitectura española de la década.

Entre las obras, se encuentran 13 proyectos de agrupaciones de viviendas y bloques, urbanas o rurales, cuatro viviendas unifamiliares, tres edificios para la industria, tres iglesias y cinco construcciones para la enseñanza y la investigación. Las siete restantes pertenecen a usos diversos.

La muestra puede orientar al público sobre cuáles eran las necesidades y preocupaciones de la sociedad española. Por ello, destaca la presencia de un proyecto de urbanismo, el ganador del concurso para el centro Azca de Madrid. La muestra, fruto de la investigación realizada por José Manuel Pozo, Carlos Sambricio y Juan José La Huerta, expone planos, dibujos y fotografías, algunos de ellos inéditos como los dibujos de la Universidad Laboral de Cheste o el edificio de Sindicatos de Pfeifer.

Esta exposición pone de manifiesto también la preocupación creciente en la época por la arquitectura, así como la sensibilidad de sus autores por la cuestión socia. Específicamente, el problema de ciertas viviendas que se entregaron con deficiencias debido a la urgencia y a la falta de medios económicos y técnicos. Ejemplo de ello son los edificios de Artal o Recaséns.

En este ámbito de la vivienda, la obra más significativa es el conjunto de viviendas de De la Hoz en Montilla, donde la investigación y esfuerzo del arquitecto le llevó incluso a diseñar el mobiliario y a plantear un concepto de vivienda que suponía un avance notable en cuanto a mínimos necesarios y en el aprovechamiento de la superficie disponible.

Entre otras constantes de estos arquitectos, destaca el recurso a la modulación y el esfuerzo por racionalizar, e incluso industrializar, los procesos constructivos para permitir la incorporación de elementos prefabricados o de serie con los que abaratar los costes para que el beneficio de las nuevas formas arquitectónicas llegase a todos los estratos sociales.

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