En su tradicional mensaje de Navidad, el Jefe del Estado ha empezado recordando a los que viven una situación difícil. “Nuestro corazón está a vuestro lado”. Con un nacimiento al fondo, y junto a un cuadro del primer discurso de la princesa Leonor pronunciado este año, Felipe VI ha focalizado su discurso en la necesidad de garantizar la convivencia, de la que ha dicho que es «el mayor patrimonio de todos los españoles».

Ha mencionado la violencia de género «que merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica», para luego entrar de lleno en el tema centrar de su intervención que además este año ha querido dirigirla a los más jóvenes.

Para el rey los 40 años de la Constitución «la carta que ha sido la base de nuestro progreso, la conciliación, la concordia, el diálogo y el entendimiento» ha permitido al país «trabajar juntos y unidos pensando en el España y en su futuro. De ese éxito nos hemos beneficiado. No debemos olvidarlo», ha señalado.

«Quienes fuisteis protagonistas de la transición, lo entenderéis muy bien» ha citado, para destacar que «a los más jóvenes, tenemos el deber de haceros partícipes de ese periodo de nuestra historia. Creo que eso es necesario, pero también como sociedad tenemos asuntos pendientes con nuestros jóvenes. Hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos para que las reglas de todos sean respetadas por todos y asegurar a los jóvenes décadas de progreso y avance como las que hemos conocido».

«Los jóvenes vivís inmersos en una sociedad tecnológica y de cambios continuos, pero también llena de grandes oportunidades. Tenéis talento, paz y estáis abiertos al mundo, porque sois europeos. Sois solidarios, y estáis comprometidos con el medio ambiente». El rey ha citado a aquellos que «pese a tener la formación» se ven «trabajando en una puesto que no responde» a sus expectativas. «Tenemos que ayudaros a tener un trabajo digno, y a poder tener una familia» ha señalado.

El monarca ha defendido que «tenemos la obligación de seguir construyendo un país mejor, una España más cohesionada y más comprometida con la igualdad real de hombres y mujeres. Es imprescindible que garanticemos en todo momento nuestra convivencia. Eso requiere que cuidemos y reforcemos los vínculos que nos unen, incompatibles con el rencor y los resentimientos. Una convivencia que exige el respeto a nuestra Constitución, que es una realidad viva que ampara, proteje y tutela nuestros derechos y libertades. Todos los proyectos necesitan cimientos sólidos y España los tiene» ha sentenciado el rey.

«La convivencia, que siempre es frágil, es el mayor patrimonio que tienen todos los españoles. El mejor legado que debemos dejar a las generaciones más jóvenes. Debemos defenderla con convicción y responsabilidad. Ahora debemos valorar lo que somos y lo que hemos hecho y confiar en lo que podemos hacer, alejando el desencanto o el pesimismo. Debemos ser conscientes de la realidad que nos imponen el siglo XXI. Todos podemos hacer mucho por el bien común haciendo cada uno lo que nos corresponde» y esto ha pedido que se haga «animando a quien lo precisa sin que nadie quede atrás, y sumando nuestras fuerzas en un España siempre mejor».