El torero Francisco Romero López, ‘Curro Romero’, ha recibido este miércoles en el Paraninfo de la Hispalense el V Premio de Cultura de la Universidad de Sevilla de manos de su rector en un acto que ha contado con la presencia de las principales autoridades académicas, civiles y eclesiásticas de la ciudad.
En el acto, tras la semblanza a cargo del periodista Alberto García Reyes, el rector de la Hispalense ha entregado al torero una litografía de la Plaza de Toros de la Maestranza del artista escocés David Roberts fechada en 1837 que fue publicada en la obra ‘Picturesque Sketches taken in Spain during the Years 1832-33’ tras su viaje por el país, uno de los primeros álbumes en mostrar imágenes singulares de la cultura española que se publicó en 1837 en Londres.
El jurado del Premio ha otorgado al torero el galardón por unanimidad en reconocimiento de su trayectoria artística su como torero, y sus triunfos en plazas de gran peso como las Ventas de Madrid y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. “Su talla artística y su valía personal le han hecho merecedor de numerosos galardones y distinciones, entre los que se destacan la Medalla de Andalucía en su edición de 1993, el nombramiento de hijo predilecto de Sevilla en 2005 o la Medalla al Mérito de la Bellas Artes en 1997″, según recoge el acta.
El rector de la US, Miguel Ángel Castro ha resaltado que el premio supone que “en primer lugar, la Universidad de Sevilla expresa su visión global, completa e inclusiva de la cultura. El recorrido que marca el sendero del Premio nos lleva desde la valoración de la buena literatura, simbolizado con Pérez Reverte, hasta el deleite más respetuoso por el flamenco y la ópera, simbolizados en María Pagés y Carlos Álvarez, y hace escala en el reconocimiento que Sevilla y su Universidad deben a la pintura, representada de manera sin par por Carmen Laffón”. En segundo lugar “reconocemos con el Premio Cultura a la persona, al artista y al genio que Curro lleva consigo”.
Romero López ha agradecido el premio a la Universidad, a su rector y a los miembros del jurado «por este paso adelante en defensa de la Tauromaquia y el toreo en sí». “Yo nací en una familia trabajadora, humilde, pero que yo consideraba Grande de España: mis padres. Tuve que coger otros caminos, caminos libres, de la Universidad de la Vida, que no está llena de rosas pero sí de espinas. No he pasado ni de puntillas por la Universidad. Nunca cogí una vereda para llegar antes al horizonte. Pero era libre. No me impusieron silencio ni disciplina. No me imponían nada en ese camino. Y caminando me iba formando como persona y como torero», ha relatado en su intervención.