Tras los incidentes ocurridos los días 7 y 10 de mayo la dirección de la cárcelha aclarado que los incidentes se deben a la intervención de los funcionarios con “gran profesionalidad” y propia de su labor para sofocar dichos incidentes.

La Dirección del centro penitenciario Sevilla I niega tajantemente que los dos incidentes ocurridos los días 7 y 10 de mayo en este establecimiento obedezcan a enfrentamientos directos de internos contra funcionarios,  sino que se deben a la intervención de los funcionarios con “gran profesionalidad” y propia de su labor para sofocar dichos incidentes.

La Dirección aclara que «se tratan de incidentes aislados y no de actos motivados por enfrentamientos directos contra los funcionarios, sino fruto de la mera intervención de los funcionarios en la resolución de conflictos surgidos entre internos, y que tienen lugar como fruto del desarrollo de la actividad propia del medio penitenciario»

El centro penitenciario de Sevilla l alberga una media de 1.200 reclusos para lo que se dispone de una plantilla de alrededor de 500 trabajadores, lo que supone una ratio de “más que suficiente” y resaltan que «los funcionarios, y en especial los destinados al área de vigilancia, desempeñan sus funciones de manera ejemplar, con gran profesionalidad, y en todo momento, velando por la vida y la integridad física de los interno»s.

De esta manera, se logra el clima adecuado para que la vida en prisión se lleve a cabo de manera ordenada y se facilita las tareas de rehabilitación y de reinserción de los reclusos.

La dirección insiste en que «por la idiosincrasia propia de la actividad penitenciaria suceden en ocasiones incidentes regimentales, sin que exista ningún repunte de incidentes regimentales, accidentes laborales, según consta en las estadísticas que elabora este centro al respecto».

En los últimos años, la Dirección de Sevilla I ha implementado importantes mejoras en el área de seguridad tanto interior como exterior se refiere. Para ello, se ha dotado al centro de “importantes y más que suficientes” medios de seguridad pasiva y de equipos de protección individual que, junto a la profesionalidad demostrada por la plantilla, hace que los incidentes que pudieran producirse sean solventados de “manera eficaz y rápida”.

En cuanto al perfil de internos que alberga el centro, cabe destacar que la mayoría se encuentran en régimen ordinario, teniendo alrededor del 80% de la población reclusa ubicada en módulos de respeto, donde el nivel de corresponsabilidad del interno es mayor y, por tanto, el perfil de peligrosidad es más bajo, un 15% se encuentran en módulos ordinarios y un 5 % en los departamentos restantes, sin que, por lo general, existan internos clasificados en primer grado de tratamiento.

Entre los numerosos programas que se llevan a cabo destaca, por su importancia, el programa PAIEM, destinado a internos que padecen algún tipo de enfermedad mental, así como el programa PAIDJ, gestionados por sendos equipos multidisciplinares.