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El agua del embalse de Melonares llega a los hogares sevillanos desde el 4 de julio tras finalizar las pruebas y cederse las infraestructuras de abastecimiento urbano a Emasesa.

El agua del embalse de Melonares ya llega a las estaciones de tratamiento de agua potable del Carambolo de Emasesa y Salteras de Aljarafesa, lo que permite que casi 1,3 millones de personas de Sevilla capital y de otros 41 municipios de la provincia cuenten desde el pasado día 4 de julio con garantía de acceso al agua de calidad y en cantidad suficiente sin los niveles de emergencia vividos en periodos de sequía. Justo en esa jornada se realizó la última y definitiva prueba: la llegada del agua a los hogares.

El alcalde de Sevilla y presidente de la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, Juan Espadas, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Manuel Romero, han firmado este jueves en presencia de la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panadero, directivos de Emasesa y Aljarafesa y regidores de municipios de la provincia el convenio de encomienda de gestión entre el órgano regulador de la cuenca y Emasesa para explotar, mantener, reparar y vigilar de las infraestructuras exclusivamente para abastecimiento urbano de la conexión del pantano de Melonares, incluida la balsa que, sita en la localidad de Villaverde del Río, toma el agua y la conduce hasta la estación de El Carambolo para su tratamiento, así como todos los sistemas de telecontrol, automatización y comunicaciones GPRS.

El embalse, destinado exclusivamente al abastecimiento y consumo urbano, puede proporcionar hasta 170 millones de litros al día, lo que supone aproximadamente la mitad de las necesidades de consumo de la población. De esta manera, el sistema general de abastecimiento de agua de Sevilla formado por los embalses de Aracena, Zufre, Cala, La Minilla y El Gergal, suma junto con Melonares, una cantidad total de 641 hectómetros cúbicos. A día de hoy, el nivel de agua embalsada alcanza el 89,7 por ciento de la capacidad global.

Durante este mes de julio se están realizando las primeras captaciones de agua del embalse utilizando las canalizaciones realizadas por la CHG, así como pruebas de la calidad y tratabilidad del agua en los laboratorios del Carambolo de Emasesa, que están dando excelentes resultados.
                                                                                                                      
Hasta su llegada a Carambolo, las aguas recorren 62 kilómetros desde el embalse. Discurren en un primer tramo por el actual canal del Viar hasta llegar a la balsa de regulación, con una capacidad de 168.000 metros cúbicos, de la que parte la nueva conducción de 13 kilómetros, que conecta con los ya existentes que se realizaron con motivo de la sequía, hasta su entronque final con las conducciones del Gergal-Carambolo. Desde este punto y aprovechando este recorrido y las estaciones de bombeo existentes, se eleva el agua desde la estación de bombeos de Camas a las estaciones de tratamiento dl agua de Salteras, que está gestionada por Aljarafesa, y la del Carambolo, gestionada por Emasesa.

Además de tener garantizados los recursos hídricos en cantidad suficiente, el agua de Melonares es garantía de calidad por su situación geográfica, en la Sierra Norte de Sevilla, donde se encuentran las mejores aguas de abastecimiento por su calidad y al estar alejada de concentraciones urbanas.

La puesta en funcionamiento de la nueva infraestructura, sumada a otros aspectos igualmente importantes como las medidas de ahorro adoptadas, el uso responsable del agua por parte de la ciudadanía, el mantenimiento o la reducción de pérdidas en las redes, son “necesarias” para garantizar el servicio en cantidad y en calidad suficiente incluso en condiciones extremas como las sequías de las décadas de los 80 y 90 y del año 2000, según ha resaltado Espadas.

El alcalde de Sevilla ha considerado que los ciudadanos han sido aliado primordial en la eficiencia de los recursos hídricos, ya que ha contribuido a una reducción de la demanda en un 60 por ciento, frente a la de hace 20 años, y pese a que la población se ha incrementado en un 20 por ciento en estas dos décadas. Así, esa colaboración ha sido decisiva en el ahorro del consumo diario, que ha pasado de los 176 litros a los 112 litros de agua por persona y día.

A esta conquista también han contribuido las inversiones realizadas para aumentar la eficacia de las redes en la detección y eliminación de fugas, el empleo del agua no potable para los riegos y los baldeos, individualización de contadores colectivos,  la renovación del parque de contadores o el empleo de dispositivos ahorradores a través de campañas de concienciación. Y gracias a las políticas de eficiencia Emasesa ha cumplido los objetivos de eficiencia de pérdida de agua en la red reduciendo de un 21,70 por ciento contabilizado en el año 1997 a un 14,75 por ciento en 2015, por debajo del 15,5 por ciento exigido por la Unión Europea.

Juan Espadas ha señalado que la nueva infraestructura se ha realizado cumpliendo estrictamente con la legislación ambiental, con la correspondiente declaración de impacto ambiental y anteponiendo las medidas de compensación ecológica al resto de criterios, labor en la que hay que resaltar la colaboración entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la Junta de Andalucía, Aljarafesa y Emasesa.