Artesanía en la cerveza. Microfábricas y pequeñas marcas buscan su hueco en el mercado andaluz.
Jacobo, informático de profesión, harto de trabajar frente a un ordenador, se hizo esta reflexión: “Pues me apetecería hacer algo con las manos”.
Y ese algo sería cerveza artesana. La produce desde 2012 aquí, en este puesto del Mercado de Triana. Y aquí la sirve y la vende. Dos tipos: la tostada y la rubia.
«A la rubia le echamos cáscara de naranja para evocar la primavera sevillana», explica Jacobo Portillo. La cerveza artesanal se ha convertido en un sector al alza. Acaba de salir al mercado la de esta fábrica de Dos Hermanas, Sevilla. Agua, malta, lúpulo, levadura y azúcar, nada más. Sin químicos ni gas artificial.
«Una cerveza que entra muy fácil porque esa burbuja se ha hecho de forma natural muy poco a poco…», añade Antonio Jesús Ruiz, cervecero.
Según el Ministerio de Agricultura y Alimentación, cada español consume de media 47 litros de esta bebida al año. El negocio mueve mil millones de euros anuales. En tiempos de reinventarse o morir, algunos empresarios se abren hueco en un mercado copado hasta ahora por las grandes marcas industriales.
«Esta es la relación de cervezas andaluzas artesanales que tenemos en Lupulópolis. Son de todas las provincias. Es difícil calcular el número que habrá en Andalucía. Yo calculo que sobre unas 15», explica Santiago Encinas, propietario de cervecería artesana.
Unas cien en total en España. Y cervecerías especializadas como esta, en el corazón de Sevilla. ¿Sector de futuro o moda pasajera? «Yo creo que ha venido para quedarse, porque hay público que realmente busca este producto», asegura Jacobo.
El tiempo lo dirá. De momento… Un brindis.