La epidemia de las redes sociales fue considerada como un suceso efímero sólo para jóvenes, con el paso del tiempo plataformas como Twitter se han consolidado no sólo como una forma de cotillear al prójimo sino como una herramienta real para informarse, intercambiar opiniones e incluso para captar votos.
Así lo han debido de ver los políticos del mundo que, poco a poco, se van uniendo a estas tecnologías o, al menos, los perfiles llevan el nombre de los susodichos.
El morbo o la satisfacción que puede suponer que Griñán o Arenas siga tu perfil sólo son comparables a que te respondan a un comentario o tweet. Una estrategia bastante útil para ganarse al votante en cercanía. El problema de los perfiles de los políticos es que, primero, deben convencer de que son ellos y no su gabinete los que escriben. Los perfiles pierden su valor cuando sabes que hay un grupo especializado en comunicación detrás.
Pero no sólo la autoría de los perfiles es el único peligro de las redes sociales. Aunque sobre todo se ha hablado de las meteduras de pata de cantantes y actores, algunos políticos también han caído en los gazapos verbales que han hecho que sus nombres estén en boca de todos, como cuando a Esperanza Aguirre le pilla el micrófono abierto.
El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, tuvo un pequeño percance con Twitter al asegurar en un tweet que él era homófobo. Obviamente fue un error de escritura, pero se puso en entredicho la autoría de los comentarios provenientes del perfil del alcalde, lo que conllevó a ciertas críticas y pérdida de credibilidad. Para evitar este efecto, la ya mencionada Esperanza Aguirre especifica claramente que el perfil que lleva su nombre en Twitter es suyo y de su equipo.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se inició hace poco con el nombre de @PepeGrinan denunciando la inexistencia de la Ñ y contestando a diestro y siniestro, convirtiéndose en el político más solicitado, aunque con la llegada de Rubalcaba y su equipo corre el grave riesgo de ser desbancado. Su homónimo en el Partido Popular, Javier Arenas, se mantiene bastante activo con un intenso discurso analítico en cada fragmento de 140 caracteres.
Eso sí, para nada establecen entre ellos conexión alguna, al menos públicamente, a través de esta herramienta. Aunque sería muy curioso un debate entre ambos presidentes con Twitter de intermediario, quién sabe si quizás no tendría más relevancia que si se sucediera en otro medio como la televisión, probablemente sería más divertido, ya que incluso se podría interactuar in situ.
Todos estos políticos made in Andalucía se encuentran en el Top 30 de los políticos nacionales en Twitter. Zoido, Griñán y Arenas juegan, esta vez, en el mismo equipo. Y es que, lo que no pueda hacer Internet…