El Ayuntamiento de Utrera baraja ya la apertura en el entorno de la Semana Santa de la sinagoga ubicada en las cercanías de la Plaza del Altozano con la que linda el pasaje conocido como Niño Perdido. Para ello, ya está formando a una decena de guías turísticos en el pueblo para que puedan ofrecer visitas guiadas dos horas al día. El precio de la entrada está aún por determinar con las empresas que ofertarán este servicio.

Así lo ha confirmado la delegada municipal de Cultura, María José García Arroyo, en declaraciones a Europa Press cuando está a punto de cumplirse un año desde que el Consistorio utrerano hiciera público que los trabajos arqueológicos iniciados en noviembre de 2021 confirmaban que este inmueble esconde un «complejo sinagogal» del que se tienen referencias por el historiador Rodrigo Caro, que en 1604 ya mencionó que este antiguo hospital se había levantado sobre los restos de una sinagoga.

Las «evidencias arqueológicas» confirman lo apuntado por Rodrigo Caro, recogía el informe elaborado por el arqueólogo Miguel Ángel de Dios Pérez consultado por Europa Press. «El estudio estratigráfico de los paramentos del edificio nos permiten proponer la hipótesis de que nos encontramos ante un complejo sinagogal que excede la estricta materialidad de la sala de oración», se decía. El estado de la conservación de la sinagoga, «siendo parcial, no deja de ser excepcional pues, con las evidencias arqueológicas documentadas, incluido su alzado completo, pueden restituirse su superficie y volumetría originales», apunta el documento.

La responsable municipal de Cultura ha manifestado que está pendiente desde junio de 2023 la autorización por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio para afrontar una nueva tanda de excavaciones arqueológicas. Con ellas, se prevé localizar el mikvé, el biham y el espacio reservado para las mujeres, de los que «muy probablemente, puedan encontrarse evidencias arqueológicas en el futuro con la ampliación de la investigación», apuntaba el informe del arqueólogo.

En total, se han hecho cuatro sondeos arqueológicos en el inmueble desde 2021. Uno de ellos, el localizado en la cabecera de la nave central de la iglesia, es el que «por sus resultados, ha contribuido de una manera más clara a alcanzar el principal objetivo de esta fase de diagnóstico, pues nos ha proporcionado evidencias arqueológicas de la presencia de la sinagoga de Utrera, precisamente donde Rodrigo Caro la situó en 1604».

En este punto del templo cristiano es donde se ha localizado la sala de oración de la sinagoga, de los siglos XIV-XV. De la sinagoga, y «a falta de alcanzar los niveles fundacionales», se ha documentado su alzado original, el Hejal y su acceso –armario o pequeña recámara decorada donde se guardan los rollos con los pergaminos de la Torá–, el banco perimetral y evidencias de varias fases en la vida del edificio.

La judería de Utrera es «desconocida» tanto por la carencia de estudios como por la «sustitución urbanística del siglo XX, que ha borrado las huellas que las parcelaciones y edificios de Edad Moderna pudieran apuntarnos». No obstante, los expertos sí apuntan a que «el modelo de judería sevillana puede servirnos de muestra para esbozar siquiera una hipótesis sobre la organización funcional y urbanística del barrio judío utrerano». En Utrera, la judería estaría ubicada en la actual Plaza del Altozano, con la que linda la casa conocida como Niño Perdido.

En ella, y tras la expulsión de los judíos en 1492, se establece el Hospital de la Misericordia, consagrándose al culto católico la anterior sinagoga. A lo largo del siglo XVI, se suceden varias repavimentaciones y se construye «reutilizando parcialmente el banco perimetral de la sinagoga, un comulgatorio que separa el presbiterio del resto de la iglesia. El presbiterio se construirá sobre la escalera de accceso al Hejal, quedando ésta embutida en la estructura». Ya en el XVII, el Hospital pasa por una reforma «muy importante» que le confiere el aspecto actual.