TJSA
Tribunal Superior de Justicia Andaluz / Google Maps

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha rebajado un año y cuatro meses la condena al tercer implicado en el asesinato del joyero de Carmona. El TSJA ha excluido de la sentencia la concurrencia de ensañamiento entendiendo que «que la violencia ejercida
contra la víctima (…) iba exclusivamente dirigida a reducir su resistencia para poder llevar a cabo la sustracción, y que su inmovilización y amordazamiento pretendía exclusivamente
facilitar la huida y la consiguiente impunidad…»

Del mismo modo, se ha rebajado la cuantía de la indemnización civil a la esposa del joyero a 90.000 euros frente a los 390.000 impuestos en primera instancia por los daños morales y las secuelas psicológicas. Así consta en la sentencia dictada por el TSJA.

El asesinato del joyero de Carmona ocurrió en 2018

Los hechos se remontan al 6 de agosto de 2018, cuando el acusado acudió junto con otras dos personas ya enjuiciadas a una joyería de la localidad de Carmona con el propósito, de apoderarse de las joyas y los objetos de valor que allí encontraran.

Mientras un tercer implicado en los hechos permanecía fuera en funciones de vigilancia, el acusado y otro individuo, entraron en la joyería que se encontraba abierta al público, tras abrirles la puerta el dueño del establecimiento y entablaron conversación con el joyero.

En un momento dado el dueño de la joyería se dirigió a la trastienda donde guardaba las joyas, momento que aprovecharon el acusado y el otro individuo para seguirle a ese
lugar, abalanzándose sobre él, tirándolo al suelo, donde el acusado y el otro individuo le inmovilizaron, atándole las manos a la espalda, así como los pies y le amordazaron tapándole la boca con cinta americana, con la que le dieron varias vueltas en torno al cuello.

El acusado y su acompañante procedieron inmediatamente a introducir en bolsas las joyas y objetos de valor que encontraron, con las que huyeron, dejando al joyero solo, atado,
amordazado con cinta americana y tirado en el suelo boca abajo, sin
posibilidades de levantarse, cerrando la puerta de la joyería al marcharse.

Este resultó a consecuencia de los hechos con múltiples contusiones en la cabeza, cara, extremidades y tronco, sufriendo una conmoción cerebral e inflamación de la vía respiratoria superior a consecuencia de los hechos. Terminó muriendo por hipoxia producida por taponamiento de orificios y vía respiratoria y asfixia posicional entre
una y dos horas después.

El acusado y el otro individuo asumieron que con la gran violencia que ejercieron sobre el joyero, dejándolo atado de pies y manos, amordazado con cinta americana y tirado boca abajo en el suelo, abandonado soto en estado de inconsciencia o seminconsciencia,
podía morir, sin importarle que ese pudiera ser el efectivo resultado de la violencia desplegada.

El acusado causó la muerte al joyero, sin darle opciones a defenderse, pues atacaron a la víctima violentamente, entre dos y por sorpresa, hallándose el joyero desarmado y desprevenido al no esperar tal ataque.