Su ficha decía que teníamos más o menos la misma edad. Él hablaba del siglo pasado y guerras en el Norte de África, y a mí me dio por pensar si mi abuelo habría matado al suyo… Entonces nombró a Franco y cómo su familia recibió, en pago a su lealtad al dictador, la nacionalidad española. Entonces pensé que mi abuelo habría luchado junto al suyo, y tal vez habrían compartido alguna infusión de menta de esas que tanto le gustaban a mi antepasado. Aquel día, no sé por qué, el conflicto del Sahara me pareció más cercano, sentí más implicación y puede que cierta culpa.

Mercedes Serrato. Leo a Fernando Iwasaki comparando este conflicto con la causa palestina. Comparto mucho de lo que el peruano comenta, y soy la primera que piensa que el conflicto palestino tiene un gran marketing adosado pese a las reprimendas de mi vecina Zurbano, pero la verdad es que la pega que le veo al artículo de don Fernando es que cuando uno cuenta una sola parte de la verdad para llevarse la historia a su terreno se llama demagogia, y su artículo está cargado de eso.

Que España es muy responsable en lo que está ocurriendo, cierto. Que el Gobierno mira el tema de reojo, cierto. Pero este autor se olvida de referir dos puntos a mi entender muy importantes; primero que entre tanta acusación al PSOE se le olvida comentar que en los ocho años que gobernó el PP hizo exactamente lo mismo, o sea, nada, con la excepción de la invasión de aquel islote que ni voy a recordar porque fue de opereta aquello. Segundo, y a mi entender más grave, en cierto modo no nos mojamos por esa absurda amistad entre nuestro país y Marruecos. Lo que pasa por no llamar a las cosas por su nombre, ya que realmente la amistad es entre don Juan Carlos  y el rey marroquí.  Cualquiera que tenga entrañas, las siente revolver dentro de sí, viendo en la tele al Borbón feliz y contento en Abu Dhabi,  a la vez  que  Fernando Alonso perdía el Campeonato del Mundo de Fórmula 1; mientras aquí ni llegamos a saber con certeza el alcance del conflicto,  y  soportamos que Trinidad Jiménez diga vaguedades tratando de no meter mucho la pata, metiéndola totalmente.

Y para acabar la semana con las tripas fuera, el domingo  llega  Puigcercós y dice la tontería más grande que por su mente pasaba… Entiendo que debe ser duro que Andalucía tenga un Estatuto aprobado y ellos no, o no sé cuál es su problema, pues el lunes salieron datos de la transparencia económica de las autonomías, las cuales nosotros encabezamos junto con los gallegos.

No alcanzo ahora mismo a hacer la cuenta de cuántos familiares por parte materna emigraron a Cataluña, y ya no es contar aquello de que trabajaron para levantar esa región, es que algunos han fundado empresas, han creado empleo en esa tierra. Pero no quiero generalizar, aunque desde luego no estamos hablando de cualquier tertuliano de barra de bar, sino de una persona que pretende presidir esa Comunidad… Desde luego su falta de argumentación y su excesivo carácter provocador me hacen pensar que este señor no entiende, al igual que muchos otros políticos, el compromiso social que la política supone, o debiera suponer.

Parece que tal y como está el panorama, mi predecible úlcera se acelera, y parece que no soy la única, que estamos a miércoles, y hago la tercera columna de tres en Opinión que trata el tema norteafricano.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...