Decía Maquiavelo que la política es el arte para dominar a los hombres, y no dudaría ni un minuto que muchos de nuestros políticos así lo piensan, salvo las honrosas excepciones que la publicidad de cierta bebida isotónica nos muestra a diario en sus anuncios, y si quieren que diga su nombre, que me lo paguen…

Dentro de la plana mayor de políticos que desgobiernan nuestras vidas uno de los que más repulsivo me parece es Wert. Él, que debe ser fan de Maquiavelo hasta las trancas, está atacando uno de los pilares fundamentales del Estado del Bienestar, junto con Sanidad y Servicios Sociales.  Hablamos del Estado del Bienestar como algo abstracto, casi inmaterial, cuando realmente andábamos en el camino de conseguir algo que al menos se parecía a los ideales de ese modelo social.  Atacar la educación es comenzar a generar desigualdades desde el comienzo, muy parecido a disparar  a la base de una torre en lugar de hacerlo a su parte más alta.

Ya  a principios de este año hablaba de la suerte que ahora resultaba tener exámenes, pues si los tienes es señal de que aún puedes permitirte permanecer en la universidad, cosa que durante años anteriores llegó a ser muy normal y que ahora vuelve a estar camino de convertirse en un privilegio que solo podrán permitirse personas adineradas y un escasísimo número de personas de medios  limitados con unas calificaciones tan excepcionales que serán la rara avis de la educación becada. 

Maquiavelo también dijo aquello tan célebre de que el fin justifica los medios, y con mi suposición de que este ministro es seguidor suyo, no me cuesta creer que sabe que este desarme de la educación pública, una educación que comenzaba a ser de buena calidad y que se proponía ser para todos, es el primer paso para restablecer un sistema en que nadie esté demasiado informado, pues tampoco a los esclavos se les quería enseñar a leer, no vaya a ser que se les introdujeran raras ideas en sus cabezas, que ya se sabe que en los libros se encuentran tantas cosas disparatadas…

El número de alumnos que no han podido hacer frente a sus matrículas asusta, el número de alumnos sin becas da vértigo, las prospecciones de estos datos para el año que viene ya ni las quiero mirar… Pero el otro día lo dijo Wert bien clarito, la enseñanza universitaria no es obligatoria, por lo visto estamos en este lío porque queremos, porque soñamos con una vida mejor que la de nuestros padres o nuestros abuelos, porque nos creímos que podíamos hacer algo en la vida medianamente interesante para lo que se requerían unos estudios previos que por lo visto estaban al alcance del que estuviera dispuesto a afrontarlos pero no era así… Dios mío, hemos soñado por encima de nuestras posibilidades, nunca debimos creer que podríamos estudiar tanto como los hijos de los ricos, vaya disparate el nuestro.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...