Juanma Moreno
Juanma Moreno

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, visitará al papa Francisco en el Vaticano esta semana y le pedirá «que interceda ante quien sea oportuno» para paliar la sequía. He tenido que contrastar varias veces la noticia porque no me la terminaba de creer. Caben varias posibilidades: que Dios no exista, y seamos accidentes cósmicos, entonces sus plegarias quedarían en nada; que exista y provoque un diluvio que haga rebosar los embalses o que mire hacia otro lado. Pongamos, siendo optimistas, que el gran Padre está de buen humor y se hace eco de las demandas del dirigente: sería para mandarlo a la porra.

No quiero decir que la sequía no sea importante, lo es, pero teniendo en cuenta cómo está el mundo, hacer llover en Andalucía lo veo menos prioritario que parar las guerras, eliminar la pobreza o corregir las injusticias, que son muchas y variadas. Sería, como poco, un ejercicio de cinismo más que de poder divino. Pero voy más allá del titular, porque pienso que esta ocurrencia dice mucho del personaje y cabría analizarlo.

Juanma Moreno se preocupa por Andalucía, nadie lo duda, de hecho, sus plegarias se centran solo en nuestro territorio, si vives en Extremadura tendrás que fastidiarte y racionar el agua. Es una persona influyente que tiene línea directa con Dios, bueno, es amigo de un amigo…, muy en la línea del Partido Popular. De alguna manera piensa que los poderes celestiales solucionarán los males que nos afligen y eso está bien, al menos para él, que le exime de cualquier responsabilidad: si Dios no puede solucionar la sequía, ¿qué puede hacer él? Que es un simple mortal.

La ciencia está bien, pero la religión es mucho mejor. Porque, al fin y al cabo, hay cuestiones que no se pueden explicar, y eso es terreno abonado para los creyentes.

Fuera de bromas, lo que hizo con el Parque Nacional de Doñana estuvo bien. Aunque disiento con algunas decisiones suyas, más quisieran en Madrid tener a un Moreno. En cambio tienen a Ayuso, que es de lo más entretenida, y sus ocurrencias dan de comer a muchos periodistas, y a cómicos, y a Miguel Ángel Rodríguez, que, como Dios, tiene poderes divinos y puede cerrar periódicos.

Tengo más de 20 años de experiencia en medios de comunicación y 16 de ellos los he vivido en Madrid donde, además de comer bocadillos de calamares, he formado parte de las principales redacciones de...