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Nos despedimos inevitablemente, hasta el año que viene, de una de las semanas grandes de la ciudad de Sevilla, la Semana Santa. Ésta no está exenta de misterios y leyendas.

Lo cierto es que a la Semana Santa sevillana la rodean cientos de historias y leyendas, aunque una resalta sobre los demás. Y ésa es la historia de la verdadera talla del Cristo de la Expiración de Triana, mas conocido como ‘El Chachorro’.

A la leyenda de la verdadera ubicación de la supuesta talla original se le suma también la leyenda de su talla inicial. Cuenta la leyenda que Francisco Antonio Ruiz Gijón estaba falto de inspiración cuando presenció una pelea donde fallece un muchacho de etnia gitana conocido como ‘El Cachorro. Ruiz Gijón rápidamente dibuja la expresión del malobrado muchacho en el momento de su expiración, y de ahí talla al famoso Cristo. Otra versión de los hechos dice que es el escultor quien mata a este muchacho precisamente para poder obtener una imagen real para la talla del crucificado.

Aquí no acaban las leyendas atribuidas a este Cristo del Cachorro. En 1973, en un incendio, ardió la imagen de la Virgen, resultando dañado también el Cristo gravemente. El Cristo de la Expiración fue restaurado magistralmente por los hermanos Cruz Solís.

Aunque se comenta por la ciudad de Sevilla que Antonio Ruiz Gijón talló más imágenes del Cristo de la expiración. Incluso hay quien asegura que la talla que procesiona actualmente por las calles de Sevilla es una copia y que el verdadero Cristo del Cachorro descansa aún quemado en el panteón de Aníbal González.

Aún hoy se puede visitar este panteón, ya que desde fuera se puede ver a un crucificado. Sin lugar a dudas es el lugar más visitado del cementerio de Sevilla, pues todos los sevillanos conocen tal leyenda.