Juan Fajardo, jefe de la UCI del HLA Santa Isabel de Sevilla.

El doctor Juan Fajardo, jefe de la UCI del HLA Santa Isabel de Sevilla, ha formulado una hipótesis que, de confirmarse, podría suponer una alternativa para los pacientes que han sufrido una parada cardíaca y no responden a la resucitación cardiopulmonar (RCP)

Desde que en 1991 el ERC emitió una guía de actuación dirigida al personal sanitario y a la población en general, el interés por la divulgación de los pasos que hay que seguir en caso de parada cardiorrespiratoria ha ido en aumento, por la vital trascendencia de una rápida y correcta actuación para evitar la muerte del que la sufre.

La parada cardíaca causa entre 10.000 y 15.000 fallecimientos anuales en España. Una parte de estos fallecimientos se debe al retraso en el inicio de las medidas de RCP cuando la parada se presenta fuera de un centro sanitario. Las probabilidades de supervivencia tras una parada cardíaca disminuyen drásticamente en muy pocos minutos si no se toman inmediatamente las medidas apropiadas, por eso es imprescindible la concienciación y educación de la población.

Los expertos, con el apoyo de las instituciones, están haciendo un enorme esfuerzo para enseñar las técnicas de RCP a la mayor parte de la población y se están instalando equipos de desfibrilación automática o semiautomática en centros públicos y privados y otros lugares de grandes concentraciones de personas.

La hipótesis del doctor Fajardo planteaba como objetivo permitir que el corazón afectado descanse hasta su recuperación, y encontró la forma de conseguirlo en la misma Naturaleza. Algunos mamíferos y reptiles presentan un proceso fisiológico, genéticamente determinado, cuando hay menos alimento disponible: la hibernación. Tras una fase de acumulación de energía, descienden bruscamente los niveles cerebrales y periféricos de catecolaminas y serotonina, dando lugar a un estado de sueño profundo y disminución de todas las funciones vitales.

El doctor Fajardo propone tratar la parada cardíaca, que no responde a RCP, induciendo artificialmente un estado controlado, parecido a la hibernación. El descenso de los niveles de catecolaminas y serotonina se puede conseguir con fármacos bloqueantes adrenérgicos y antiserotoninérgicos, la hipotermia controlada con medios físicos o con dispositivos de uso clínico especialmente diseñados para este fin, y la mínima circulación y respiración necesarias para mantener el escaso metabolismo se pueden conseguir con pequeñas modificaciones en dispositivos de uso hospitalario habitual.

Este estado se mantendrá entre 24 y 72 horas, permitiendo el reposo y recuperación del corazón y el cerebro agredidos y dando tiempo para poner en marcha los procedimientos necesarios para resolver la causa de la parada cardíaca

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