Un estudiante de medicina nigeriano, en su clase de anatomía, salió corriendo al ver el cadáver que le había tocado para trabajar ese día. Y es que resulta que era, ni más ni menos, el cuerpo de su amigo desparecido hacía días.

Egbe, el estudiante en cuestión, jamás olvidará esa tarde, hace siete años, en la Universidad de Calabar, en Nigeria. Se encontraba en clase de anatomía con el resto de sus compañeros cuando, al ver el cadáver con el que tenía que trabajar, salió corriendo y llorando a la vez.

El cuerpo que había estado a punto de diseccionar era el de su amigo Divine. Este había desaparecido tras haber sido arrestado, junto a unos amigos, cuando regresaban de fiesta. Egbe escribió rápidamente a la familia de Divine para informarle de lo que acaba de ocurrir. La familia había acudido a diferentes comisarías preguntado por su hijo, pero en ninguna obtuvieron respuesta. Finalmente, la familia ha logrado recuperar el cuerpo.

Falta de cadáveres para los estudiantes

Este macabro hecho pone de relieve la gran falta de cadáveres que existe para los estudiantes nigerianos, así como lo que le sucede a muchas personas en el país, víctimas de la violencia policial.

En Nigeria, existe una ley que entrega los cuerpos no reclamados por familiares a los depósitos de las universidades de medicina. Asimismo, el estado también puede hacerse con los cuerpos de criminales condenados a penas de muerte.

Según una investigación publicada en la revista Clinical Anatomy, el 90% de los cadáveres utilizados en las carreras de medicina son de criminales que han fallecido por disparos.

Abandonó el estudio durante semanas

El impacto de ver a su amigo fallecido ante él, hizo que Egbe dejara los estudios durante semanas. Aseguraba, además, que imaginaba a Divine en la puerta de la sala de anatomía. Sin embargo, un año más tarde consiguió graduarse y actualmente trabaja en un laboratorio.

La familia de Divine, por su parte, consiguió hacer justicia y que algunos de los agentes involucrados en su caso fueran despedidos.