Hay que mirar la protección solar y de rayos ultravioleta además de si es resistente al agua o el tipo de piel.

Según un guía publicada por Vitónica, lo más importante es que un crema solar nos proteja de los rayos ultravioletas porque estos rayos son los más perjudiciales para el cuerpo humano. Hay dos tipos de rayos ultravioleta que nos pueden afectar: Los UVA, que son los que se relacionan con daño a largo plazo, como envejecimiento prematuro de la piel y cáncer y los UVB, que incumben a las quemaduras solares sobre todo. Cuando compramos una crema, tiene que especificar en el etiquetado que protege de ambos.

Después hay que mirar el factor de protección solar, que significa los minutos que podemos estar sin quemarnos expuestos al sol. Se calcula que sin protección podemos estar diez minutos sin quemarnos y que según el factor, podemos estar más o menos tiempo (siendo el número de factor multiplicado por 10 el tiempo en minutos aproximadamente). Esta protección es sobre los rayos UVB, por eso hay que mirar que proteja de ambos rayos. Se recomienda comprar las cremas de factor 30 como mínimo.

Además de estos dos aspectos, hay que tener en cuenta si es resistente a agua, ya que es recomendable aunque hay que tener en cuenta que perderá resistencia si estamos mucho tiempo en contacto con el agua. Además, hay que tener cuidado con echarse la misma crema de un año para otro, ya que las cremas suelen indicar que a los doce meses pierden sus propiedades. Esto lo indican a través del dibujo de un bote abierto y un número y una letra (12M por ejemplo).