feria alumbrao 2015

A sólo un día del remate final con los fuegos artificiales, la lluvia ha hecho acto de presencia en el Real de la Feria para adecentar los atisbos de la fiesta que ya agoniza.

Una larga, y efímera a la par, semana en la que el feriante se reencuentra con un paisaje inerte al que no le afecta ni el avance tecnológico ni el paso de tiempo. Se dijo en televisión con motivo de los cuartos de final de la Europa League, que los sevillanos se encontraban apoyando al Sevilla viendo el partido en las casetas, eso junto a la definición de faroles en vez de farolillos es lo que constata que, por muy simple que parezca la Feria de Abril, es algo que o se tiene interiorizado o no se tiene.

Y precisamente eso es lo que hace grande a esta fiesta, pisar el albero y acordarse de aquellas comilonas con la familia en las que al principio los ‘tuppers’ eran indispensables y que ahora son sustituídos por los antiácidos. Que por mucho que se saquen sevillanas nuevas, los popurrís tradicionales son los que continúan levantando a bailaoras y palmeros para llenar de esencia cada lona del Real. 2015 ha sido un año masivo, tanto de gente como de carruajes de caballos, tan tradicionales como los sustos que provocan siempre a los viandantes en su intentona de cruzar por medio de los equinos. Las temperaturas han acompañado, a pesar de que las lluvias amenacen al punto y final de los cohetes, y por un rato todos los sevillanos han congelado su vida cotidiana en los hielos del rebujito.

Una semana en la que el consumo ingente de alcohol está aprobado socialmente, aunque a alguno habría que haber dejado en casa antes de dar ciertos espectáculos que no deberían tener cabida en esta fiesta. La calle del Infierno hace honor a su nombre y no precisamente por la vorágine de máquinas generadoras de adrenalina, sino más bien, por la esfera desagradable en la que uno se puede ver sumergido a ciertas horas de la noche.

La calle Costillares y las calles aledañas del recinto una vez más, y ya es tradición, vuelven a llenarse de jóvenes haciendo botellón con el pertinente prejuicio a los vecinos. Un año más, es patente la necesidad de habilitar un espacio con seguridad para evitar lamentables imágenes en lo que a limpieza se refiere.

Aunque esto no empaña el reencuentro con los amigos, el relío y los claveles acumulados en un vaso de agua en la cocina, claros indicios de que un año más la Feria ha recalado hondo y que algunos ya suspiran con melancolía llegados a este punto. Y es que la hora de quitarse la guita de los dedos se aproxima irremediablemente.

Licenciada en Periodismo por la US. Sus primeros pasos fueron como reportera y locutora para los informativos locales. En prensa escrita sus informaciones se han seguido en Estadio Deportivo y en ElDeporteFemenino.com....