Banega y Vitolo celebran uno de los goles/ SevillaFc.com

El Sevilla reaccionó con la entrada de Vitolo y Krohn-Dehli, tras una jugar una primera hora de partido espeso. Banega y Gameiro, goleadores

Victoria, otra más, sin alardes ni adornos, pero victoria, que es lo que cuenta, de un Sevilla que en casa se lleva los partidos jugando bien, regular e incluso mal, prácticamente por inercia, por la fe que le pone al juego. Ante Las Palmas le costó, porque el Sevilla hoy estuvo espeso, grisáceo por momentos. Pero con los cambios, con la entrada de Vitolo, primero, y Krohn-Dehli, después, el equipo metió esa quinta marcha que se resistía, puso cerco al área de Javi Varas y se apuntó un triunfo de mérito, si se tiene en cuenta que tres días antes se había librado una batalla al límite en Balaídos.

No quedará para el recuerdo el choque ante Las Palmas, pero cuando se gana eso resulta totalmente secundario. El Sevilla, con un once en el que repetían Rico, los centrales, Banega y Gameiro, con respecto al jueves, no se soltó hasta bien entrada la segunda mitad. Las Palmas salió alegre, jugando sin reparos y generando mucho peligro a la contra a los hombres de Unai, que se atoraban en ataque, cayendo continuamente en fuera de juego, y sufrían en el repliegue. Sólo la falta de mordiente de los canarios evitaba un campanazo, hasta el punto que incluso rozaban el gol con un remate de Jonathan Viera que se iba al palo izquierdo de Sergio Rico.

La segunda parte exigía un Sevilla más intenso para desarmar a una Unión Deportiva Las Palmas que incluso jugaba con cierta comodidad, llegando con aparente facilidad a la línea de tres cuartos. Lo mejor era que el Sevilla atrás se mostraba fiable y apenas concedía ocasiones. El partido estaba plomizo y Unai Emery, viendo que la tarde se le estaba atragantando, no tardó en mirar al banquillo. Vitolo salió por Reyes y poco después Krohn-Dehli por Konoplyanka. Los cambios surtieron efecto pronto. Fundamentalmente Vitolo metió velocidad y se echó al equipo a sus espaldas. El Sevilla ahora sí iba con fluidez a por el encuentro. Las llegadas eran frecuentes y Las Palmas, viendo que la que se le venía encima, reculóatrás.

El choque entró en fase de acoso y derribo hasta que en el 69 Ever Banega culminó con un zurdazo sensacional una brillante jugada asociativa que él mismo comenzó en la derecha y en la que participaronMariano, Krohn-Dehli y Vitolo, como asistente final. El argentino, una vez más se erigía en jugador determinante, haciendo un golazo, no sólo ya por el remate, sino por su astucia para dejar correr el pase de Vitolo y descolocar a los defensores canarios.El gol de Banega desatascó un choque que hasta los cambios pintaba sombrío. El Sevilla soltó amarres y diez minutos más tarde, una magnífica contra lanzada por Rami, acabó en gol de Gameiro, asistido nuevamente por Vitolo, después de que Krohn-Dehli condujera el cuero con inteligencia y aguantara con templanza el desmarque del canario por la derecha, cuando Gameiro se la pedía en fuera de juego. El gol era de Gameiro, pero llevaba la firma de Krohn-Dehli y sobre todo de un Vitolo al que le bastó media hora para liderar al equipo hacia la victoria, precisamente su querida Unión Deportiva Las Palmas. Con el tanto del francés se cerraba un choque en el que el Sevilla fue más práctico que lúcido. No siempre se juega bien, pero lo importante es ganar incluso en esas circunstancias. Y esa capacidad para imponerse sin estar fino la tiene un Sevilla extraordinariamente fiable en el Ramón Sánchez-Pizjuán.