Un solitario gol de Falcao acabó con el Sevilla en un partido en el que la intensidad primó por encima del fútbol para alejar a los nervionenses de un objetivo para el que cada vez quedan menos oportunidades.

El partido sólo tuvo un patrón. El equilibrio marcó los primeros 45 minutos del partido. Apenas tres ocasiones, sin excesiva claridad afloraron en un Sánchez Pizjuán con bastantes huecos, aunque con el ambiente de las mejores citas.

Poco fútbol, muchas faltas y con la intensidad de ambos equipos muy por encima de sus ideas. Las continuas interrupciones no permitían descifrar las claves de un partido sin destino claro hacia el que dirigirse.

El Sevilla quería el balón pero no sabía para qué. El extraño sistema que diseñó Unai Emery enterró las virtudes de su mejor hombre, Jesús Navas, obligado a aparecer por dentro. Mientras tanto, el Atlético se encontraba en su salsa, presionando en el centro del campo y saliendo a la contra con peligro, que nunca fue certero y que se fue relativizando según el partido iba adentrándose en el terreno de la trifulca, donde sólo Negredo, Reyes y Mario Suárez rondaron la posibilidad del gol en la primera parte.

Nada cambió en la segunda parte, incluso las tendencias se acentuaron. Diego Costa inició su ritual de desestabilización convirtiendo el duelo en un ring de boxeo donde todo se decidiría a los puntos. Poco le faltó al brasileño de ser expulsado, antes de que Simeone, evitando males mayores, decidiera sustituirlo.

De todas formas, el Sevilla ganaba la batalla, al menos en ocasiones. Pronto estrenó a Courtois tras un cabezazo de Coke, y comenzó a rondar la portería colchonera con más asiduidad. De hecho, los contragolpes del Atlético continuaban sin aparecer. No obstante, el combate se encontraba en el centro del campo, con los de Simeone cómodos en la briega esperando el hachazo.

Y éste llegó para noquear al Sevilla. Fue una jugada polémica, donde una clara mano de Mario Suárez precedió al centro de Adrián empalmado por Raúl García y empujado a portería por un Falcao, que sólo apareció por el partido para decidirlo

Nada más, el Sevilla siguió perdido en los experimentos de su entrenador, y decidido a perder el bastión casero que mantenía las esperanzas en Liga. Sin embargo, murió luchando y a punto estuvo de obtener su recompensa, pero entre Courtois, la falta de acierto de Negredo dejaron a los nervionenses con el mazazo de la derrota, con muchas dudas y pocos partidos para enmendar una temporada que huele a fracaso.

Sevilla F.C: Beto; Coke, Cala, Botía (Maduro 59’), Fernando Navarro (Babá 79’); Rakitic, Kondogbia; Jesús Navas, Reyes (Perotti 67’), Alberto Moreno y Negredo.

Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Koke (Koke 88’), Mario Suárez, Gabi, Cebolla Rodríguez (Raúl García 62’); Diego Costa (Adrián 67’) y Falcao.

Árbitro: González González, castellano-leonés. Amonestó al sevillista Botía; y a los colchoneros Godín, Falcao, Mario Suárez y Courtois.

Gol: 0-1 (76’) Falcao.

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