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El Sevilla remó en contra más de la mitad del partido por un penalti y una expulsión a Diego López más que rigurosa.

Un punto sabe bien o mal dependiendo de las circunstancias. Esta noche, sin duda, hubo atenuantes para contentarse con las tablas, sobre todo después de un inicio difuso e irregular y un severo palo, con la expulsión, muy polémica por cierto, de Diego López, tras interpretar el colegiado que el gallego derribó a Floro Flores.

El Granada se puso por delante y pudo matar la contienda en un final del primer tiempo apocalíptico para los visitantes. Pero cuando peor pintaba la cosa, apareció la calidad de Trochowski y Negredo igualó la contienda, para luego afrontar el equipo el segundo acto precisamente como equipo, con seriedad, inteligencia y mucho trabajo.

Que el partido iba a ser difícil se vio desde el primer minuto, porque el Granada, fiero en todos los lances, no cedía el protagonismo a un Sevilla que intentaba hacerse con el mando, pero que no encontraba la continuidad necesaria en su fútbol para ello.

Los primeros minutos transcurrieron en tierra de nadie, pero la laxitud hispalense acercaba más el partido a los locales, por más que el conjunto de Míchel alzaba la voz cada vez que Navas y Cicinho se asociaban hacia el gol. Precisamente, una contra conducida por Navas no acabó en gol de milagro, debido a que Reyes no acertó a rematar en boca de gol el envío del palaciego.

El Sevilla se fue soltando y sobre todo inyectaba mucha intención cuando Rakitic agarraba la bola. Pero el Granada también tomaba parte, sobre todo porque se mostraba más agresivo en la mayoría de las acciones, sobre todo a raíz del fatídico minuto 33.

Un excepcional servicio a las espaldas de la defensa hispalense, que se tragó el pase de forma inconcedible, dejó solo al hábil Floro Flores ante Diego López, que se cruzó en el área con el delantero en una acción muy confusa en la que hubo mucha más teatro del italiano que contacto real. La jugada se resolvió de la peor manera posible: penalti y expulsión.

Palop, sustituyendo a Reyes, entró en escena y, una vez más, exhibió su habilidad ante las penas máximas, deteniendo con el pie derecho el lanzamiento de Siqueira. Sin embargo, el rechace lo cazó desde atrás Mikel Rico, que ajustó su seco disparo raso al palo diestro de Andrés Palop, que no pudo hacer nada por evitar el tanto local.

Lo peor llegó tras el gol granadino. El Sevilla, visiblemente tocado, fue borrado del campo por un Granada que creía en el triunfo más que nunca y buscaba el tanto de la tranquilidad con ahínco. Y lo tuvo, en varias ocasiones. Pero unas veces Palop y otras la falta de puntería de Flores perdonaron a unos hispalenses que veían el descanso como un paréntesis imprescindible para parar la sangría y recomponer la situación.

Sin embargo, el fútbol le dio una de cal a los nervionenses, que sin duda estaban recibiendo demasiado castigo. Prácticamente a pie de descuento, Navarro combinó con Trochowski, escorado a la izquierda tras la marcha de Reyes, y el alemán puso un centro excelente que Negredo remató de forma inapelable con la testa.

El gol de Negredo no le pudo venir mejor a un Sevilla que salió al campo tras la reanudación con otra cara. El Granada tenía la superioridad numérica y en los comienzos del segundo acto la posesión del cuero, pero las ideas y la claridad eran de los visitantes, con Botía por Fazio en el campo.

El Sevilla se supo posicionar con inteligencia e incuso pasada el primer corajudo achuchón local, se estiró y se atrevió a llevar el peso del juego, siempre buscando a un mayúsculo Alvaro Negredo, trabajador en todas las facetas. El madrileño la tuvo de nuevo con la testa al bote de una falta de Rakitic, pero no ajustó bien su remate como tampoco, poco después, lo hizo Trochowski, que envío alto entrando desde atrás un servicio sensacional de Navas, tras la enésima galopada del palaciego por la diestra.

Así, con el Granada intentando sin intentos y el Sevilla saliendo rápido y con mucha maña, se llegó a un tramo final del choque donde fue pesando más el deseo de conservar el trabajado punto conquistado que el riesgo de lanzarse a por un triunfo difícil y quedarse sin nada.

Con mucha disciplina y un Palop soberbio, se logró aguantar el tibio empuje de los granadinos, tal vez demasiado conservadores, aunque en el descuento tuvieron una clarísima ocasión, con un cabezazo de Floro Flores que se estrelló en el travesaño.

El Sevilla, en cualquier caso, cumplió el guión esperado en la segunda mitad y ciertamente pasó pocos apuros, sin renunciar al ataque, para nada.

Crónica facilitada por el Sevilla FC.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...