El Sevilla, pese a ganar, se queda fuera de la Copa por el valor doble de los goles fuera. Cuajó un buen arranque, mostró mucha intensidad e incluso levantó un 0-1.
No habrá cuartos de final de Copa del Rey, pese a que el Sevilla peleó sin fortuna por la clasificación hasta el último suspiro. Incluso en la acción que cerró el choque, Kanouté tuvo con la testa el 3-1 que hubiera dado el pase.
Los de Marcelino García Toral merecieron mucho más, porque ocasiones y empeño pusieron para darle la vuelta al resultado adverso de Mestalla, pero de nuevo fueron víctimas de su falta de acierto en los metros finales, todo lo contrario que un Valencia al que le salió prácticamente todo.
Pocos podían pensar en la eliminación en el vibrante comienzo del choque. La primera media hora de juego del Sevilla fue primorosa. Por primera vez en mucho tiempo, los nervionenses abrumaron a un rival y lo metieron por largo tiempo en su campo. La intensidad con la que salió el equipo sólo podía traer buenos augurios, porque los locales se comían a sus contrarios y la fiereza de sus acometidas las salvaba el Valencia como buenamente podía.
Sin embargo, una vez más el Sevilla se estrelló en el remate: Reyes, Negredo al cuarto de hora colándose hasta la cocina por la izquierda, Navas en el 17 después de una asistencia magnífica de Trochowski y de nuevo Negredo hasta la línea de fondo por la derecha, en una jugada que acabó en el palo de Diego Alves, coquetearon con el primero.
Pero no, no había manera y lógicamente el burbujeo nervionense decayó sensiblemente con el avanzar de los minutos, lo que propicio que el Valencia se estirara y probara a Varas con disparos lejanos que hicieron exigirse al máximo al cancerbero de Pino Montano.
El comienzo del segundo acto fue más igualado. El Valencia no se amedrentó y pidió su cuota de balón. El choque entró en una fase de incertidumbre que rompió Soldado en el minuto 66, aprovechando el primer hueco que dejó la defensa y poniendo la eliminatoria muy cuesta arriba.
Parecía que la historia copera terminaba en ese preciso instante, pero Rakitic, que había sustituido a Trochowski, cuatro minutos más tarde igualó el marcador, tras cazar un rechace de Alves a tiro de Cáceres, sin duda uno de los mejores del choque, entregado hasta el final.
Con el empate, Marcelino dio aire al equipo sacando a Perotti por Manu del Moral y más tarde a Kanouté por Fernando Navarro. El Sevilla retomó otra vez el protagonismo y el Valencia le dio un beso de tornillo al otro fútbol, que permitió sin poner trabas el colegiado, que laceró las expectativas del graderío local cuando sólo dio tres minutos de descuento.
Sobreviviendo al rosario de pérdidas de tiempo visitante, el Sevilla tuvo sus oportunidades. Perotti, que dio muy buenos minutos, y Rakitic acariciaron el segundo. El empuje sevillista no cesó nunca y ya en el descuento se acortaron las distancias, después de que Víctor Ruiz mandara a dentro una falta botada por Rakitic, que estuvo en casi todas.
El 2-1 dio lugar a un último cartucho. Y lo hubo, cuando en la última jugada del ridículo descuento, Reyes asistió a Kanouté y éste vio como su remate se iba por muy poco del palo izquierdo de Alves. Ahí sí murieron las esperanzas, por más que el Sevilla peleó el pase hasta que sonó el pitido final.