Los dos conjuntos han visto cómo el papel en casa y fuera, respectivamente, ha mermado sobremanera el alcance de objetivos al alza a estas alturas de campeonato.

A pesar de que, a priori, por presupuesto y objetivos -únicamente por ello- los dos equipos que copan la ciudad de Sevilla son dispares, ambos andan lastrados en respectivos aspectos en el actual campeonato doméstico. Aspectos que han mermado plenamente los objetivos que, antes de comienzo de temporada, quizás fijaron.

El Real Betis, tras consumar el ascenso la temporada siguiente a ver como descendía drásticamente, estructuró un equipo dirigido por Pepe Mel y encabezado deportivamente por Eduardo Macía para optar por tener un fin de temporada tranquila y no sufrir atracones y dosis excesivas de nerviosismo, pudiendo finalmente aspirar quizás a metas superiores. Pero el bagaje acumulado en el Benito Villamarín, en el que, merced a conseguir sólo 15 puntos en su haber, son el tercer peor equipo como local de los veinte que constituyen la Liga BBVA.

De hecho, y sólo tras la llegada de Merino, los resultados en el feudo heliopolitano han sido mucho mejores que los obtenidos anteriormente, tras consumar dos victorias -ante Valencia y Granada CF- y tres empates -ante Real Madrid, Sporting y Rayo-.

Por su parte, y con mayor sorpresa, el Sevilla FC ha visto cómo la nefasta campaña realizada hasta la fecha fuera del Sánchez Pizjuán está mermando todo anhelo por volver a copar puestos de ‘Champions’ a estas alturas. A ocho puntos del cuarto clasificado, el Villareal CF, al que se enfrentarán precisamente esta jornada en el estadio hispalense, pudiendo rebajar algo dicho margen, y a tan sólo tres del séptimo posicionado.