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‘Son of Babylon’ se alza con el Giraldillo de Oro

Crónica. En una ceremonia en la que faltaron muchos rostros conocidos premiados por el jurado del Festival, se ha celebrado el final del certamen.

Antonio Sánchez-Marrón. Poco antes de las nueve de la noche, hacía mi aparición en la alfombra roja del Teatro Lope de Vega para asistir a la entrega de premios del SEFF´10 y esperar poder contemplar a algún personaje famoso recoger su galardón. Con esto, esperaba sentirme uno más dentro de la comunidad cinematográfica.

Pero no. Resultó que nadie asistió a esta gala para recibir su premio. Ni Mohamed Al Daradji por Son of Babylon, ni Susanne Bier por En Un Mundo Mejor ni tan siquiera Rhys Ifans, premio al mejor actor por Mr. Nice. Tampoco Stephen Frears, homenajeado la pasada semana, acudió para recibir el Gran Premio del Público por su Tamara Drewe. En su lugar, vimos un desfile de caras poco conocidas para el gran público pero muy prometedoras de cara al futuro del cine europeo. Por ejemplo, las dos actrices ganadoras ex aequo, Samira Maas (Joy) y Sofia Georgovassili (Black Field).

Lo curioso de todo es que del apartado artístico de las películas apenas acudió casi nadie. El Lope de Vega estaba plagado de butacas en cuyos asientos reposaban productores y distribuidores a la espera de poder asistir al nacimiento de un nuevo filón fílmico al que dirigir su escrupulosa mirada. Así, el premio Eurimages (a la gran The Front Line) y los correspondientes a películas como Tender Son, fueron recogidos por sus productores o por los directores de distribución de la película en España.

Lo más llamativo de la gala fue el comienzo. En cuatro palcos del teatro estaban situados cuatro músicos que comenzaron a tocar, cada uno en su compás correspondiente, hasta hacer resonar en todo el patio de butacas alguna banda sonora más que conocida para el gran público. Posteriormente, Concha Ortiz (flamante y políglota traductora e intérprete del Festival) y la actriz Cuca Escribano hicieron su aparición en el escenario para dar comienzo a una gala interesante y con mucha fluidez. Posteriormente, se llevó a cabo la proyección de la película polaca Essential Killing, dirigida por Jerzy Skolimowski.

Tras una gala que duró una hora y quince minutos en la que se recordó al fallecido Luis García Berlanga, se proyectaron videos tanto de los homenajeados como un montaje de agradecimiento a todos los miembros del personal que han hecho posible levantar y mantener este Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Posteriormente, la organización convidó a todos los invitados a la ceremonia a un cóctel en el que se dio por finalizada una edición más, la séptima, de este certamen del cine continental. Estaremos a la espera de que llegue el próximo para contar más cosas y mantener Sevilla en el eje principal de la cinematografía europea.

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