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El próximo 11 y 12 de marzo tendrá lugar en el Teatro Central ‘Prometeo-Paisaje II’, una obra trágica basada en la historia mitológica de Prometeo, que pretende enfrentar al público con su lado más sensible y subyacente.

 

 

  Eleos y Fobos. El temor y la compasión. Esos son los dos principales afectos de la tragedia griega que se quieren evocar. Al enfrentar al público con héroes trágicos experimentando un martirio horrible, la tragedia toca la fibra sensible del espectador y convierte a estos últimos en un compañero de sufrimientos, por lo que desalojan toxinas de su cuerpo.

En su nueva producción, Jan Fabre vuelve a visitar esta dimensión trágica, formando el hilo conductor de su creación. Prometeo era un rebelde sin causa mitológica. Se rebeló contra el dios supremo Zeus, robó el fuego del cielo y se lo entregó a los mortales sobre la tierra. Para Fabre, el fuego de Prometeo es la encarnación del orgullo de alcanzar la independencia. No le importa en lo más mínimo la ley  del Olímpo, se  dirige en la dirección completamente opuesta según su propia convicción. Como  cómplice del fuego, también posee todas las armas para transformar la materia. Es tanto un artista como un alquimista, actúa como un faro de luz para la humanidad. Con su desprecio por la muerte propia demuestra lo que un ser humano es capaz de hacer.

En un intento por esclavizar a este violento orgullo, Zeus encadena a Prometeo en el Cáucaso. Sometido a los elementos y con un águila desgarrando su hígado todos los días, es sometido a un castigo terrible. Su hígado, el órgano de la ira, de la furia, poco a poco se convierte en una llaga abierta. Cada noche se cierra la herida, que se abrirá de nuevo al día siguiente. Parecido a los trabajos eternos y sin sentido de Sísifo. Prometeo profiere gritos de dolor y rabia. El portador del fuego está en llamas. Su cuerpo alcanza una forma de éxtasis. Los rumores de sus gritos y el ruido se escuchan por todo el Cáucaso.

En el espectáculo, el cuerpo en guerra de Prometeo se asocia con los instrumentos de la muerte en la película de Stanley Kubrick La chaqueta metálica. Los soldados del cuerpo de élite americano también son castigados sin piedad y humillados en un intento de inculcar disciplina y sumisión. El ejercicio consiste en última instancia en lograr una identificación plena con sus armas de fuego: «este es mi rifle, ésta es mi arma» es la canción principal de la película. Al igual que Prometeo, se sacrifican en aras del interés de la nación, donde Vietnam es el Cáucaso moderno del imperialismo norteamericano.

El nuevo espectáculo representa el campo de batalla de nuestra civilización. El fuego de Promoteo está en la base de todo. Pero ¿qué ha hecho la humanidad con el poder mágico del fuego? ¿Qué ha provocado la alquimia?  ¿Y dónde están las luces brillantes de nuestro tiempo?

Se trata de una compañía belga con base en Amberes Troubleyn/Jan Fabre. Esta formación teatral sin ánimo de lucro fue fundada en el año 1986 por el artista Jan Fabre. En esta ocasión traen a la capital hispalense su nuevo montaje, creado a principios de este año, en el que de nuevo el autor busca la dimensión trágica con la historia mitológica de Prometeo.

Se presentará el próximo 11 y 12 de marzo a las 21 horas, en el Teatro Central (Sevilla). Para más información: www.TeatroCentral.com

 

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