Una maravilla. Extraordinaria. ‘La función por hacer’, dirigida por Miguel del Arco, texto de éste y Aitor Tejada, basada en los ‘Seis personajes en busca de autor’ de Luigi Pirandello y genialmente interpretada en la sala B del Teatro Central, el viernes y el sábado.

Miguel Ybarra Otín. En la sala pequeña, para ella está pensada esta obra genial, sin atrezzo: actores y palabra, escenario rectangular y público pegado a los cuatro lados, los mismos por los que los propios intérpretes entran y salen en una adaptación magnífica de la mayor obra de Pirandello.

A diferencia de la original, donde el inicio se enmarca en el ensayo de una obra, aquí todo empieza con la representación de otra, diferente: una comedia en la que el retrato de un pintor a su amante desencadena un interesante diálogo sobre el arte y una divertida discusión sobre la esencia de cada persona a ojos de sí misma o en el mundo interior de los demás (el retrato en cuestión tiene algo de monstruoso).

Y es aquí donde irrumpen los personajes en busca de autor, cuatro en este caso: dos hermanos y sus respectivas parejas, con la particularidad del pasado y fugaz lío del hermano mayor con la compañera del pequeño. La historia, llena de encontradas interpretaciones, depara tensas discusiones que el director y actor de la obra interrumpida querrá ahora manejar. El texto, vertiginoso, ofrece continuos giros. Las reflexiones sobre la vida, el teatro, la percepción que cada uno tiene del otro, la interpretación actoral, etc. son profundas, inteligentes, sutiles. Las interpelaciones y respuestas de unos personajes a los otros -sobre la historia- son contundentes, punzantes y también muy divertidas.

Rebosa la obra fuerza por los cuatro costados del primer al último instante. Es fuente continua de reflexiones, emociones y sentimientos. Maneja magistralmente el espacio, los intérpretes hablan al público, caminan o se sientan entre él, dan vida a la obra a cada segundo y ésta está llena de energía, de intensidad y de verdad, aún cuando los personajes son eso, personajes, y hablan textos escritos. Los seis actores están enormes: Cristóbal Suárez, Miriam Montilla, Israel Elejalde, Raúl Prieto, Manuela Paso y Teresa Hurtado. Inteligente, sabia, creativa y ambiciosa la dirección de Miguel del Arco.

Con toda certeza, una obra de las que se recuerdan. Una alegría que se tenga la valentía de adaptar uno de los mejores textos que ha dado el teatro, y una alegría que se tenga el talento y la ilusión de hacerlo e interpretarlo tan extraordinariamente bien.

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