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El dilema de la obra gira en torno a la lucha dialéctica entre el individualismo y lo colectivo, entre la violencia y la sumisión, entre la honestidad y la corrupción.

El Teatro Lope de Vega acogerá desde el próximo jueves y hasta el domingo ‘Marat/Sade’, un montaje de Atalaya basado en la obra Peter Weiss y coproducida con el Grec Festival de Barcelona. Dirigida por Ricardo Iniesta, MARAT/SADE es el nombre abreviado de ‘Persecución y asesinato de Jean Paul Marat’, representado por el grupo de actores del Hospicio de Charenton bajo la dirección del aeñor de Sade.

Se trata de uno de los títulos referenciales del teatro europeo del siglo XX. Escrito en 1964 por Peter Weiss, autor alemán, aborda los años posteriores a la Revolución Francesa, si bien por su lenguaje y su visión resulta de una extraordinaria actualidad.

La obra se inscribe en “teatro dentro del teatro” al ser interpretada, supuestamente, por internos del psiquiátrico donde Sade está recluido, con la excepción de quien encarna a la autoridad, el prefecto Coulmier, representante del orden establecido.

A través de Marat, de su asesina -Carlota Corday-, de Sade, de Coulmier y del cura revolucionario libertario Jacques Roux, se presentan las diferentes posiciones ante la revolución, mientras el pueblo es encarnado por el coro de “locos” y por el grupo de cómicos cantores que, junto al presentador, confieren al montaje un estilo musical. El dilema de la obra gira en torno a la lucha dialéctica entre el individualismo y lo colectivo, entre la violencia y la sumisión, entre la honestidad y la corrupción.

Lenguaje brechtiano

El espectáculo aúna el lenguaje brechtiano, que Atalaya conoce bien a través de sus montajes de “La ópera de tres centavos” y “Madrecoraje” y el artaudiano, que es santo y seña de las creaciones del grupo, especialmente visible en “La rebelión de los objetos” de Maiakovski, “Divinas palabras”, “Celestina” o los montajes sobre textos de Heiner Müller como “Hamletmáquina”. La épica brechtiana y el teatro de la crueldad artaudiano casan a la perfección con el lenguaje de Atalaya en este espectáculo rico en atmósferas que van de las más violentas e inquietantes a las más burlonas.

En 2013 Atalaya cumplió 30 años en los cuales se ha convertido en uno de los más sólidos referentes del teatro español. El INAEM la considera como la compañía más valorada, tras las productoras FOCUS y Romea, de Barcelona. En estas tres décadas ha recorrido 35 países de los seis continentes y casi 400 ciudades españolas, entre las que se encuentran todas las capitales de provincia, ciudades autónomas y poblaciones superiores a 100.000 habitantes, lo que supone cifras únicas en el teatro español.

Ha recorrido cerca de 150 festivales internacionales y recibido 37 galardones –la mayor parte de ellos en los últimos diez años-, entre ellos el Premio Nacional de Teatro en 2008, que por primera vez iba a parar fuera de Madrid o Barcelona.