Gran espectáculo en el teatro Lope de Vega. Representación al estilo clásico de un texto clásico, ‘Fuenteovejuna’, mayor quizás en su valor de ideas y sentimientos que artístico. Sea como fuere, muy bien representado por la compañía Rakatá.

Miguel Ybarra Otín. Genial que hoy se represente el mejor teatro que en España se ha escrito, aplauso a la compañía Rakatá y a quien aquí tan bien la ha dirigido, el británico Laurence Boswell, director asociado de la Royal Shakespeare Company de Londres y quien lleva media vida promocionando las obras del Siglo de Oro en esa ciudad.

Lope de Vega escribió ‘Fuenteovejuna’ en 1612-14 y a ese entonces nos remonta una magnífica puesta en escena con vestuario de época, música, dinamismo y profundo respeto a un texto universal. La lucha de una pareja por su amor fue la de todo un pueblo en su defensa y contra la arbitrariedad y los excesos de quien allí regía: un bárbaro Comendador encaprichado con la novia. Época de los Reyes Católicos, cuya corte evoca el escenario unas veces, y el propio pueblo otras.

Muy bien los actores, en lo individual y en lo colectivo (treinta personas compartiendo obra en un esfuerzo de dedicación y disciplina. Muy bien también canciones y coreografía). Bien perfilado el carácter del Comendador (encarnado por Jesús Fuente), odioso tal que uno quiere abuchearlo en la merecida ovación final. Muy bien Lidia Otón en el papel de Laurencia, con carácter. Simpático Óscar Zafra como Mengo. Bien trabajados ellos y todos.

La historia de la crítica sobre esta obra depara diferentes interpretaciones de su sentido e intencionalidad: voz del alma popular, exaltación de la monarquía absoluta, relación entre el amor y la armonía del mundo, etc., temas clásicos que se han vuelto ahora magníficamente a representar.

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