José Manuel Terrón, delante del belén de San Juan de Dios en Alcalá. F.A.

José Manuel Terrón Gómez es el belenista de San Juan de Dios en Alcalá desde hace 20 años. A pesar de su dilatada trayectoria, él rechaza el término maestro, y se define como «un voluntario de la casa» que se echó a la espalda la tarea de montar el nacimiento cuando el hermano superior que se encargaba de hacerlo fue trasladado. Sin tradición familiar en estas lides, Terrón comenzó a indagar entre documentos y bibliografías. El belén «gigante» de San Juan de Dios en Sevilla, en el barrio de Nervión, y la tradición belenista de Jerez de la Frontera fueron sus primeros referentes.

Al principio mantuvo el estilo de su antecesor, pero con el paso de los años el belén ha ido adquiriendo su impronta, sin perder la tradición. «Un belén de San Juan de Dios tiene que tener el ángel que aparece y desaparece», explica José Manuel Terrón. Esta característica también está presente en el belén itinerante que este año ha montado en La Plazuela por primera vez con motivo del 50 aniversario de la orden hospitalaria en Alcalá.

Montar «el belén de la casa» es su «compromiso» con San Juan de Dios. Terrón, de profunda convicción católica, considera que el belén trasciende de lo estético y «es la representación del nacimiento del hijo de Dios». «El montaje de un belén es una catequesis plástica», apostilla. En este sentido, señala el belenista que «lo esencial es el misterio», al que hay que darle una visibilidad importante.

Cada año, a finales de septiembre o principios del mes de octubre se pone a buscar el «impulso» y el «motivo» para desarrollar la idea del próximo belén, que siempre cuentan con un misterio, una zona de población con la vida cotidiana de la gente que recuerde a Belén y una zona de personas sencillas y humildes. Como si fuera un rodaje cinematográfico, se cuidan las luces para crear ambientes y las perspectivas para crear profundidad. Pero no son las únicas semejanzas con el séptimo arte. Los visitantes pueden apreciar secuencias dentro del propio montaje. En el belén de La Plazuela, por ejemplo, el visitante puede observar a la Virgen María y San José buscando una posada y dos pasos más adelante ver a los mismos protagonistas en el misterio, donde los más curiosos podrán encontrar incluso un guiño a la tradición panadera de Alcalá entre las ofrendas al niño de Dios.

En este laborioso «compromiso» no está solo. Los trabajadores de San Juan de Dios, a los que les está muy agradecido, echan una mano en todo lo que pueden. El personal de mantenimiento se suele encargar del montaje eléctrico para que la iluminación funcione correctamente.

Tradición

Para continuar con la tradición, José Manuel Terrón además monta un pequeño belén en su casa para inculcarla a sus dos hijos, de diez y siete años, a los que les encantan los belenes. «El pequeño ya ha instalado en casa este año el de Playmobil», resalta con ilusión. Para que la Navidad sea plena, Terrón añade una buena selección de villancicos: «Escucho de todo, desde la familia Montoya hasta Frank Sinatra, y mis hijos me piden que les ponga los de Michael Bublé».

Mantener las tradiciones es una de las preocupaciones de este belenista alcalareño, porque la Navidad tiene cada vez más connotaciones «consumistas». «Papá Noel no puede sustituir a los Reyes Magos» e insiste en que «es una excusa que los niños tengan más tiempo para jugar, porque al final se cansan de los juguetes igual de rápido». También manifiesta su oposición al árbol de Navidad, a pesar de que tiene un sentido cristiano, «de hecho en la plaza de San Pedro del Vaticano instalan uno precioso». La ilusión de Terrón cada Navidad por montar el belén es una muestra de que esta tradición no está en crisis: «En Alcalá cada vez se montan más y mejores belenes».

Licenciado en Periodismo. Actualmente en Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.